La conquista latinoamericana de Juan Diego Flórez

Escrito por el 12 julio, 2019

La capital mundial de la música clásica es Viena, en Austria, y allí, en uno de sus teatros más emblemáticos, la Konzerthaus, un músico peruano clavó la bandera de la música latinoamericana.

 

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En una sala que usualmente se embellece con las notas de las principales obras de la música clásica, y que, además, es la sede de las orquestas Sinfónica y de Cámara de Viena, el tenor peruano Juan Diego Flórez se atrevió a cantar Malagueña salerosa, Si vas para Chile y hasta La pollera colorá, como parte de su concierto ‘Bésame mucho’.

“Incluso yo pensé que la mayoría de la gente que iba a ir al concierto iba a ser latinoamericana, pero me gustó mucho que la mayoría, en cambio, era austriaca. Y fue muy bonito, además, que al final las personas se paraban y bailaban, que eso es un poco raro en Viena. O sea, que la música latinoamericana contagia y entra en las venas, y la gente no pudo más que pararse y bailar”, recuerda Flórez sobre ese recital que se realizó en noviembre pasado y que este fin de semana se transmitirá en salas de Cine Colombia.

El peruano ya conquistó las principales casas de ópera del mundo con su potente y expresiva voz. Ahora, cambió la ecuación y decidió llevar a Europa la música que se escuchaba en su casa cuando era niño, pues Flórez solo empezó a adentrarse en los clásicos de la ópera cuando ingresó al conservatorio.

“Mi padre (Rubén) era cantante de canciones de Chabuca Granda, y yo crecí también con las rancheras, los boleros, los valses, los tangos. Para mí es bastante natural cantar este repertorio, porque lo canté antes, porque lo conozco, porque lo llevo en el corazón”, asegura.La voz de Juan Diego Flórez es un tesoro latinoamericano

Como un tributo a ese repertorio latinoamericano, el tenor creó el disco Bésame mucho, en el cual hace un recorrido por algunas de las canciones más importantes de las músicas de nuestro continente. 

Esta travesía musical está marcada por el cariño que Flórez le tiene a Chabuca Granda; por ejemplo, se aprendió todos esos valses criollos de la legendaria artista que su padre cantaba.

“Me parece que las canciones de Chabuca son perlas, son postales descriptivas, estampas únicas de lo que era Lima, el Perú, sus montañas. Escribía no tanto sobre amores, ni parejas ni amores imposibles, como normalmente lo hacen los compositores latinoamericanos, sino que se dedicó a escribir sobre la casita, el puente, el gallito, el caballo. Una decepción amorosa la llevó a esto y creo que fue una decisión acertada”, apunta el artista.

Flórez comenzó a idear este viaje-tributo luego de que en sus conciertos, que usualmente estaban compuestos de arias de ópera, empezara a sacar su guitarra y a cantar algunas de nuestras canciones populares. El del pasado noviembre, de hecho, fue el primer recital en el que solo cantó temas latinoamericanos.

Y a pesar de que estos tienen sonoridades muy diversas, para el tenor hay un factor común, un hilo conductor: la pasión, que se puede verter ya sea en el romance o hacia situaciones cotidianas.

“En el caso de las canciones peruanas es el caballo de paso, es la guitarra que llora; el caso de Si vas para Chile es el pueblito, y después están las canciones más rítmicas, como La pollera colorá, de Colombia, que es un himno nacional”, asegura el artista, quien en octubre pasado le regaló algunas de esas canciones al público que lo acompañó en su memorable concierto en el Teatro Mayor de Bogotá.

Sobre aquella clásica cumbia colombiana, el peruano comenta que la escogió porque siempre la gustó, de hecho, la escuchaba desde que era niño. 

En ese proceso de investigación sobre cada canción, buscando las versiones originales de cada tema, Flórez descubrió que muchas fueron interpretadas por primera vez por cantantes líricos. De hecho, menciona el ejemplo de que Carlos Gardel era un tenor.

“En esa época, el cantante popular y el lírico eran más o menos los mismos; cantaban óperas, pero también música popular. ¿Por qué? Yo pienso que era la necesidad de hacerse oír cuando cantaban con las bandas en salones de bailes donde había mucha bulla y todavía no existían los micrófonos, o no estaban muy difundidos. Entonces, había que adoptar una técnica operística para ser escuchados”, asegura.

Flórez trató de escoger canciones representativas de cada país del continente, es así como su brillante voz reproduce Caballo viejo (Venezuela), Aquarela do Brasil y Volver (Argentina). Pero hubo un país que aportó la mayor cantidad: México. “Es el país que más canciones bonitas, llenas de sentimiento, aporta al cancionero latinoamericano, con todos esos boleros, con todas esas rancheras”, cuenta el tenor, quien en el concierto interpreta Bésame mucho, Cucurrucucú paloma y Malagueña salerosa.

Además de este concierto, la voz de Flórez también resonará en las salas de cine del país en el Ciclo de Verano de la Metropolitan Opera House de Nueva York. El 27 de julio, en Cine Colombia se transmitirá el montaje de El barbero de Sevilla, protagonizado por el peruano.

El Barbero siempre ha sido una ópera muy representativa de mi repertorio… Siempre me gustó y me divirtió mucho, porque yo creo que la comedia rossiniana no tiene igual, no tiene parangón”, finaliza el tenor.Cuándo y dónde

Sábado y domingo, 12 m. En salas de Cine Colombia de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga, Cartagena, Manizales, Villavicencio, Ibagué, Popayán y Pereira. Informes, en cinecolombia.com.

Fuente: El Tiempo


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