El Instituto Cardiovascular de la FCV es el único centro hospitalario en Colombia, que implanta corazones artificiales como terapia definitiva para tratar la falla cardíaca avanzada en pacientes adultos y niños.
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Cinco años han pasado desde que en Suramérica se implantó el primer corazón artificial, llamado HeartMate II, en una paciente con falla cardíaca avanzada. La mujer, quien es oriunda de Albania, Santander, fue maestra de escuelas rurales durante más de tres décadas, tiene 61 años y, en la actualidad, vive en Barbosa, municipio llamado por los colonos de la región como “La puerta de Oro” del departamento, que está ubicado a poco más de cuatro horas de Bucaramanga.
La intervención que daría “nueva vida” a Cielo González Díaz, estuvo a cargo del equipo de ECMO VAD de la FCV, Fundación Cardiovascular de Colombia, y marcaría un hito en el tratamiento de las enfermedades del corazón, tan frecuentes en el país y en el mundo: pacientes no aptos para trasplante debido a su condición física, podrían beneficiarse ahora con una tecnología que les permitiría recuperar casi el cien por ciento de las funciones del órgano.
Vale la pena mencionar que en la mayoría de las personas, la insuficiencia cardíaca –que se presenta cuando el corazón está debilitado de manera que no puede llenarse ni bombear la sangre en forma eficiente–, se debe a una afección en el ventrículo izquierdo.
Si la falla va evolucionando, el esfuerzo de esta cavidad aumenta tanto que no puede llevar sangre suficiente a los demás órganos del cuerpo. Cuando los medicamentos y otros tratamientos ya no ayudan al corazón, los pacientes necesitan un trasplante cardíaco o una bomba mecánica –texasheart.org–.
Este centro hospitalario lidera esta tecnología en Latinoamérica, y gracias a la experiencia adquirida en el tema, el equipo médico se ha capacitado en el implante de bombas cardiacas más sofisticadas y de menor tamaño, que han permitido incluso, realizar el procedimiento con éxito en pacientes pediátricos.
En 2002, el Instituto Cardiovascular de la FCV estableció un programa de falla cardíaca, que ha tenido como objetivo lograr una reducción del número de reingresos hospitalarios por este diagnóstico, mejorar el estado de salud de la población y mantener la calidad de vida de pacientes, tanto adultos como pediátricos.
En Colombia, desde 2014, es la única institución que implanta corazones artificiales, como una de las opciones de tratamiento para la falla cardíaca avanzada.