Esta es la historia de un grupo de jóvenes que trabajan para visibilizar este tipo de contenidos.
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Hace 4 años (2015), Juan Antonio Carulla quiso que las charlas sobre música que tenía con sus amigos de colegio, en Bogotá, trascendieran los recreos.
Quería que más personas conocieran sus opiniones y se integraran, todos, en una gran conversación musical. Lo intentó con un blog, con estados en Facebook, pero no conseguía el resultado deseado.
“Siempre he sido consumidor de YouTube y veía mucho a Anthony Fantano, que es un gringo que reseña discos. Me atrajo ese formato, le comenté a mis amigos y le hicimos: así nació ‘El Enemigo’”, comentó Juan Antonio.
El Enemigo’ es un canal de YouTube en el que se habla de música alternativa colombiana y se hacen reseñas. Cuenta con cerca de 20.000 suscriptores, siete personas participan en el proyecto actualmente y el rap es el ícono, lo que más mueve.
Y es precisamente aquí cuando entra en escena Santiago Cembrano, un antropólogo y politólogo, de 25 años, apasionado por el rap y quien le ha dado un plus al canal, cuando de reseñas raperas se habla.
“Nos conocimos con Juan Antonio en un concierto de Moebiuz, que es un colectivo de Medellín. Fue el 30 de julio del 2016. Hablamos de rap, me invitó al canal, hicimos una reseña de ‘Manzanas a la vuelta’, de Doble Porción, y a la gente le gustó, a nosotros nos gustó, pidieron mi presencia y me volví parte del proyecto”, contó Santiago.
“Este man (Santiago) es una biblia del rap, mientras que yo tengo una mirada más alternativa. Nuestras perspectivas se encuentran y generan un dialogo que le gusta a la gente”, agregó Juan Antonio.
Hace 4 años (2015), Juan Antonio Carulla quiso que las charlas sobre música que tenía con sus amigos de colegio, en Bogotá, trascendieran los recreos.
Quería que más personas conocieran sus opiniones y se integraran, todos, en una gran conversación musical. Lo intentó con un blog, con estados en Facebook, pero no conseguía el resultado deseado.
“Siempre he sido consumidor de YouTube y veía mucho a Anthony Fantano, que es un gringo que reseña discos. Me atrajo ese formato, le comenté a mis amigos y le hicimos: así nació ‘El Enemigo’”, comentó Juan Antonio.
El rap ha servido para que personas que no irían o no conocerían algún lugar lo vean a través de una ventana y sepan cómo viven otros que no han tenido tanta suerte en la vida.
‘El Enemigo’ es un canal de YouTube en el que se habla de música alternativa colombiana y se hacen reseñas. Cuenta con cerca de 20.000 suscriptores, siete personas participan en el proyecto actualmente y el rap es el ícono, lo que más mueve.
Y es precisamente aquí cuando entra en escena Santiago Cembrano, un antropólogo y politólogo, de 25 años, apasionado por el rap y quien le ha dado un plus al canal, cuando de reseñas raperas se habla.
“Nos conocimos con Juan Antonio en un concierto de Moebiuz, que es un colectivo de Medellín. Fue el 30 de julio del 2016. Hablamos de rap, me invitó al canal, hicimos una reseña de ‘Manzanas a la vuelta’, de Doble Porción, y a la gente le gustó, a nosotros nos gustó, pidieron mi presencia y me volví parte del proyecto”, contó Santiago.
“Este man (Santiago) es una biblia del rap, mientras que yo tengo una mirada más alternativa. Nuestras perspectivas se encuentran y generan un dialogo que le gusta a la gente”, agregó Juan Antonio.
Cembrano (fondo) y Carulla (adelante) se conocieron en el 2016 y desde ese momento hacen videos juntos sobre rap.Foto:
Mauricio León / EL TIEMPOEl canal
‘El Enemigo’ fue fundado por tres personas: dos de ellas, abandonaron el canal para dedicarse a sus estudios. Juan Antonio, actualmente de 23 años, se hizo cargo de todo.
“Hoy en día, es mi proyecto principal. Además he trabajado en la industria musical desde el 2017 y hago parte de ONErpm, que es una plataforma que distribuye música”.
¿Y por qué le pusieron así al canal?, se les pregunta. La respuesta se remite a dos explicaciones.
“Por un lado, es en honor a ‘Almost Famous’, una película que tiene como protagonista a un chico que escribe sobre música y los integrantes de una banda que sigue lo bautizan como ‘el enemigo’, por lo que puede contar sobre ellos. Por otro, es como la respuesta al formato que usan algunos medios cuando hablan de música: no cuestionan, no opinan, no van más allá de dar la información”, afirmó Juan Antonio.
Santiago se plantó en la misma idea de su amigo: el periodismo musical en Colombia debe “mojarse y decir si algo es bueno o malo y por qué”.
“Me parece importante tomarse en serio la música y poder decir: esto no me gusta por X o Y. Eso es una señal de respeto. Faltaba opinión y eso es lo que hacemos nosotros”, añadió.
También concuerdan en que su trabajo contraria, cuestiona y opina, y que el formato (una charla descomplicado) hace que se genera mucha más interacción con la audiencia.
El promedio de visitas que tienen sus videos varía según el artista y el género. El rap es lo que más mueve y tienen un promedio de entre 5.000 y 20.000 ‘views’.
Después siguen los clips de indie, jazz, punk, electrónica y géneros experimentales.
“Aunque hablamos de todos los géneros, lo que más hacemos es lo alternativo y el rap, porque son los grandes fenómenos. Si hubiéramos nacido hace 20 años el rock sería la locura, pero estamos en la época del rap de acá, es el nuevo rock”, explicó Juan Antonio.El EnemigoReseña del disco ‘Pantone’, una de las que más vistas tiene en ‘El Enemigo’.
Las grabaciones
La apuesta, dijeron, “es algo muy do it yourself (hazlo tú mismo)”: se pone una cámara en un trípode, un micrófono y listo. No tienen luces.
Al principio, las grabaciones eran en el cuarto de Juan Antonio. Hace poco, él arrendó una oficina por el Park Way, en Bogotá, y ahí las realizan ahora. “Es más tranqui. No suena la lavadora o los buses al frente y no se ve mi mamá por ahí”.
El propio Juan Antonio es quien se encarga de editar, montar fotos y audios.
‘El Enemigo’ no tiene una periodicidad definida para sacar videos. La idea es tener 1 o 2 a la semana, “pero si no pasa, no pasa y listo”.
Eduardo Santos, Isabella Suárez (desde Cali) y Felipe Orjuela también participan en el proyecto, y hay otras dos personas ayudando en la parte gráfica.
“Hay que aclarar algo: lo que hacemos no es un trabajo remunerado, es algo de pasión de amor. Se monetizan 15 dólares al mes con YouTube, lo que para nosotros es grande, pero para la plataforma es insignificante”, señaló Santiago.
La espina dorsal del canal son las reseñas. Para ellas, se preparan durante varios días, escuchando los discos entre 5 y 10 veces, “cuando estamos lavando platos, en TransMilenio, haciendo vueltas”.
“Uno sabe cuando un disco es importante y ahí lo reseñamos, o la gente nos lo pide, o nosotros consideramos que algo vale la pena y le trabajamos”, complementó Santiago sobre el proceso de las reseñas.
Los videos, confesó Juan Antonio, siempre tienen un orden argumentativo, “pero sin perder el ambiente de parche, de amigos. Lo que planteamos son opiniones, nada de verdades absolutas”.
Tanto Santiago como Juan Antonio creen firmemente que ‘El Enemigo’ es el puente para unir a los artistas con el público.
“Ayudamos a que gente que está luchándola en la suya, a lo bien, apostándole a la música, pueda seguir haciéndolo y contando su historia”, valoró Santiago.
Sienten que alargan la vida útil de los discos, que la audiencia encuentra en el canal una forma de acercarse a ellos.
“En esta época de inmediatez musical la gente escucha música un día y ya. Con nuestros videos podemos decir: esperen, miren todo lo que hay, la historia, el juego de palabras”, sostuvo Juan Antonio.
Sobre el rap, Santiago, el pasional por el género, resaltó que hay que apreciarlo porque “son relatos no explícitamente políticos, pero que cuentan cómo vivimos el mundo”.
Juan Antonio comentó que es muy importante hablar de rap para que la gente entienda que hace parte de un engranaje de todo lo que está pasando.
Me parece importante tomarse en serio la música y poder decir: esto no me gusta por X o Y. Eso es una señal de respeto.
“Hay que analizarlo en el contexto del país y como un fenómeno plural, no singular, del artista y ya”, agregó.
Para estos chicos, el rap pega hoy en día porque las letras le están llegando a una generación que cada vez quiere menos trabajar en oficinas y sí seguir sueños: “Es un mensaje de creer en ti, a la mierda los demás, tú haz lo tuyo”.
Además, analizaron, los artistas se están preocupando mucho tanto por el qué (letra) como por el cómo (sonido) y eso ha hecho que gente de clases media y alta se interese en el género.
“El rap ha servido para que personas que no irían o no conocerían algún lugar lo vean a través de una ventana y sepan cómo viven otros que no han tenido tanta suerte en la vida”, cerraron.
Fuente: El Tiempo