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De la escasez de vacunas a las nuevas variantes: cinco claves que explican el récord de muertes por COVID-19 en Argentina

La pandemia del coronavirus está golpeando dramáticamente a la ArgentinaAyer se reportaron 745 fallecidos en un día y 35.543 nuevos contagios de coronavirus, que son valores récord desde el inicio de la pandemia con la detección de casos en marzo del año pasado. La segunda ola fue creciendo desde marzo. Durante el verano los casos bajaron pero nunca llegaron a un valor bajo. Aunque hubo restricciones en abril, la situación de la circulación del virus siguió avanzando en el contexto en el que la escasez de vacunas impidió que gran parte de la población llegara inoculada y protegida al otoño.

 

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Habría al menos cinco razones que explican la situación de valores altos de contagios y fallecidos, según especialistas en medicina, virología y física que fueron consultados por Infobae, quienes pidieron a la población que hoy más que nunca traten de volver a cumplir los cuidados de prevención como un modo de no contagiarse ni contagiar el coronavirus.

1- El impacto de las variantes de preocupación del coronavirus

Las nuevas variantes del coronavirus mostraron ser más contagiosas, comentó a Infobae Alejandra Capozzo, investigadora en virología del Conicet y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). “Las variantes estarían influyendo en que haya más contagios y por ende más casos graves en el país -expresó la doctora Capozzo-. Pero no se puede decir que haya una relación directa entre nuevas variantes y jóvenes, sino que este grupo de la población hoy es el más circula y es el más susceptible a contagiarse”.

Crecieron en Argentina la detección de casos de COVID-19 con las variantes de Manaos y la de Inglaterra. Son más contagiosas, dicen los expertos (Pete Kiehart/The New York Times)

Muchos jóvenes -advirtió la doctora Capozzo- tienen comorbilidades que las desconocen, como hipertensión o diabetes. Esas comorbilidades pueden ser factores de riesgo para el desarrollo de cuadros graves de COVID-19. “Los jóvenes son los que se están contagiando más en esta segunda ola de la pandemia en la Argentina. Porque son los que más circulan en las ciudades y así aumentan el riesgo de adquirir la infección. En cambio, los mayores de 60 años, que el año pasado eran los más afectados, ahora están vacunados en una gran proporción”.

2- La escasez de vacunas contra el COVID-19

El plan nacional de vacunación en la Argentina se puso en marcha a fines de diciembre con el objetivo de reducir el riesgo de complicaciones y la mortalidad en las personas con más riesgo de ser afectadas severamente por el coronavirus. En el plan se definieron grupos priorizados, que incluyeron tanto a personas con factores de riesgo y mayores de 60, como al personal estratégico como los docentes o las fuerzas de seguridad. Pero las dosis de vacunas compradas al exterior a diferentes laboratorios que las desarrollaron en Rusia, China, India e Inglaterra se demoraron en ser entregadas y distribuidas.

La escasez de dosis de vacunas llevó a la actual situación: solo el 18,24% de la población de la Argentina recibió la primera dosis. En el caso de la segunda dosis, con la que se consigue una mejor protección contra la infección y las formas graves, hoy apenas está inmunizada el 4,63% de la población. La provincia de La Pampa es la que va más adelante, con el 8,15% de la población que recibió las dos dosis.

Ayer, martes, el Ministerio de Salud informó que una nueva partida de 494.400 dosis del componente 1 de la vacuna Sputnik V está siendo distribuida en todo el país. Con esas cantidades, se vacunará con al menos una dosis los mayores de 60 años que se hayan inscripto y luego se inmunizará a las personas entre 18-59 años con condiciones de riesgo. Además, se repartirán 182.000 dosis de la vacuna de Sinopharm para completar los esquemas de vacunación de 2 millones de personas. En total, se han distribuido 12 millones de vacunas.

3- No se respetan las medidas de prevención como el uso del barbijo

Además de las vacunas, hay otros modos de prevenirse contra el coronavirus. Los especialistas los llaman “intervenciones no farmacológicas”, y son el uso del barbijo, el distanciamiento social de dos metros, la ventilación permanente, y el lavado frecuente de manos. Evitar las reuniones sociales con no convivientes en espacios cerrados también es otra de las medidas claves que se han realizado a partir del conocimiento que se fue alcanzando desde el inicio de la pandemia.

Las variantes son más letales y contagiosas. Pero se sumó la indisciplina de muchas personas que no siguen las medidas de prevención contra el coronavirus”, dijo a Infobae el médico infectólogo y profesor de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, Hugo Pizzi. “Esta tragedia desnudó la falta de cultura y educación. Hay personas que no saben interpretar un aviso o advertencia sanitaria. Hay otros que se creen que no son susceptibles. Están convencidos que la infección por el coronavirus solo les puede pasar a los otros. Ojalá recapiten en estos días”, sostuvo Pizzi.

El uso del barbijo junto con otras medidas de prevención siguen siendo claves para no contagiarse en el contexto en que aún gran parte de la población en Argentina no está vacunada. (Foto: Franco Fafasuli)

4- Las temperaturas más bajas también influyen

Los casos de COVID-19 empezaron a subir más abruptamente en marzo pasado que coincidió con el descenso habitual de las temperaturas del otoño. Para Jorge Aliaga, físico de la Universidad Nacional de Hurlingham, que hace un análisis diario de los datos de la evolución de la pandemia en el país, “hay razones múltiples que explican los números récords de fallecidos de esta semana. Se siguen desarrollando muchas actividades que implican mucha gente moviéndose por las ciudades”. Estas situaciones favorecen los contagios. Además, “con el frío los casos tienden a subir porque la gente está en lugares peor ventilados”.

Con respecto a la ventilación cruzada y permanente, Aliaga considera que hay una mayor percepción de su beneficio. Pero la temperatura más baja puede ser una barrera para reducir la adherencia de la gente a la ventilación como un modo de reducir el riesgo de contagiarse el virus. Hay personas que no tienen síntomas y no saben que están contagiadas. Si están en ambientes cerrados con otros, esas personas pueden contagiar. “Lo que aún no se incorporó mucho es la importancia de contar con medidores de dióxido de carbono en los ambientes cerrados”, añadió Aliaga.

Esos medidores permiten advertir cuando el lugar está poco ventilado y favorece los contagios. “Al no tener los medidores, la gente no tiene nada que la ayude a saber cuánto abrir”, señaló Aliaga. El especialista forma parte de la organización de la campaña “Ventilar” que busca la concientización sobre la ventilación que fue desarrollada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

5- El récord de fallecidos está asociado al pico de casos de abril

Entre las curvas de los casos confirmados de COVID-19 y la de fallecidos hay diferencias que se explican en el tiempo que pasa entre el diagnóstico de las personas afectadas y el desarrollo de los cuadros graves. No todas las personas diagnosticadas sufren cuadros graves. Pueden estar más de 20 días en terapia intensiva. Los 745 fallecidos de ayer habían empezado a desarrollar los síntomas entre 2 y 3 semanas antes de sus muertes, que ocurrieron durante las últimas seis semanas, según Aliaga en base al análisis de datos del Ministerio de Salud de la Nación.

Nota de: Infobae.com

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