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Implantes mamarios, ¿el camino al cielo o al infierno?

Por: Carolina Hoyos Rave* #CarolinaHoyosRave 

 

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* Cirujana Plástica estética y reconstructiva de la Universidad de Antioquia, Socia Simettrica Medical, Microcirujana Universidad nacional autónoma de México, Miembro de número SCCP, Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, Diploma en dermatología oncólogica, Universidad Cardenal Herrera de España.

 

La mamoplastia de aumento, en virtud de la cual se introducen implantes de silicona en los senos para aumentar su volumen y mejorar la forma, es una de las cirugías plásticas más realizadas en Colombia, país que ocupa el sexto lugar a nivel mundial en este procedimiento.

Es tan común, debido a sus múltiples beneficios: es de baja complejidad, tiene poco tiempo de recuperación, escasos riesgos y se pueden lograr cambios muy llamativos en la imagen que resultan prácticamente imposibles  de alcanzar con medicamentos, tratamientos, dietas o ejercicio.

 

Hablemos de su impacto positivo para la salud. Más allá de la motivación estética, por belleza o por sensualidad, estudios recientes demuestran que, con posterioridad a una cirugía de implantes mamarios, la mayoría de mujeres reporta una gran mejoría en su calidad de vida. Entre los beneficios se encuentran mayores niveles de autoestima, autoimagen, bienestar general, seguridad y satisfacción sexual; en general, se obtiene un alto impacto sobre la salud emocional. Y precisamente es calidad de vida lo que buscamos ofrecer. Mejorar la percepción de bienestar del ser humano es parte fundamental de nuestra labor como médicos.

Sin embargo, al ser una de las cirugías más comunes, también se empiezan a hacer más visibles las complicaciones asociadas, tales como caída de los senos, ruptura de implantes, contractura capsular (endurecimiento del tejido de protección que forma el cuerpo alrededor del implante), entre otras. Entonces, ¿son inseguros estos implantes? ¿Estamos creando enfermedades innecesarias?

 

¿Son inseguros los implantes? La realidad es que son dispositivos altamente seguros, duraderos y con múltiples estudios que los avalan; no obstante, como todo dispositivo médico u otro tipo de bien como un auto, una nevera o un computador, tienen limitaciones, indicaciones,  mantenimiento y una vida útil. Es en la comprensión y en la acción alrededor de esta realidad en lo que radica la satisfacción del paciente, que a su vez redunda en una mejora de la calidad de vida.

Lo primero es reconocer que tienen una vida útil. En promedio, puede ser de 10 a 15 años, aunque algunos pueden requerir cambios antes o tiempo después. Las razones para cambiarlos son usualmente ruptura, cambio en la forma de los senos o contractura capsular.

 

¿Qué puede causar una ruptura? Los implantes tienen una alta seguridad en cuanto a resistir deformidades o fuerzas, pero se van desgastando con el tiempo. La literatura nos habla de 1 a 1.5% anual aproximadamente, por lo que a los 10 años tenemos una tasa de ruptura de alrededor del 10 al 15%, o sea que una de cada 10 pacientes puede tener un implante roto. ¿Cómo identificar un implante roto? Los implantes están llenos de un gel de silicona que, al romperse, se puede filtrar en los tejidos. La mayoría de las veces no hay ningún síntoma cuando la fuga es pequeña. Con el paso del tiempo puede haber dolor por irritación, o endurecimiento y cambio en la forma de los senos por contractura capsular,  momento en el cual se deben cambiar lo más pronto posible. Por eso, la recomendación de la FDA es que el cirujano realice una revisión anual de la paciente y ecografías mamarias de rutina a los tres años de la cirugía, luego cada dos años hasta los 10 años y posteriormente cada año.

 

La atención de estas recomendaciones permite detectar los cambios más sutiles de una forma temprana. La ruptura del implante no es una emergencia; la mayoría de las veces el cuerpo forma una cápsula protectora alrededor del mismo, y cuando se rompe, ésta aísla la silicona líquida de los tejidos. Esto se reporta en la ecografía como Ruptura Intracapsular y puede dar un tiempo de espera de meses para realizar el cambio de implante.

 

Lo segundo es la duración del resultado inicial: La posición elevada y redondeada de los implantes usualmente se mantiene por un tiempo promedio de 8 a 10 años, ya que, así como el resto del cuerpo, también se afectan por la gravedad y el envejecimiento. Si se presenta algún evento que genere estiramiento en la piel de los senos (como embarazos o cambios importantes de peso), los implantes pierden parte de su sostén y caerán antes de lo previsto. Esto no es necesariamente malo, ya que afecta variablemente la forma del seno mas no el volumen y muchas pacientes siguen satisfechas con sus resultados finales. Lo importante es reconocer la existencia de estas limitaciones y no tener el concepto errado de que ¨se verán así para siempre¨

 

Y finalmente, una anotación respecto a la contractura capsular: desafortunadamente, en algunas ocasiones ese tejido de protección que forma el cuerpo alrededor del implante se empieza a poner duro rígido y a apretarlo excesivamente (en un 3 a 5 por ciento si no hay ruptura, o hasta en un 50 por ciento de los senos con un implante roto). Esto se traduce en un cambio de contextura suave por una más firme del seno, se ve más redondo, se mueve menos y genera dolor. En las primeras fases, su tratamiento puede hacerse con medicamentos, pero cuando ya la cápsula se encuentra muy avanzada requiere cirugía para retirar todo el tejido inflamado y grueso y cambiar los implantes.

 

A pesar de estos riesgos, los cuales explico extensamente a mis pacientes, en mi práctica clínica veo cada día cómo un procedimiento relativamente sencillo puede tener una influencia muy positiva en la vida diaria. Sin embargo, es importante que esta decisión se tome de manera informada, conociendo los cuidados que demanda, la posibilidad de requerir cirugías 10 a 15 años después para cambio de los implantes y la necesidad de una vigilancia adecuada para prevenir sus complicaciones.

 

Nuestra meta, como médicos, siempre será propender por el bienestar holístico del ser humano y esto incluye aspectos que a veces son objeto de un juicio casi peyorativo, como la autoimagen y la belleza pero que, a pesar de ser altamente criticados, cada día ocupan un lugar más importante en la salud psicológica y emocional. No son despreciables las ventajas que se adquieren con la mejoría del aspecto físico, pero es importante manejarla con responsabilidad, teniendo siempre presente la salud y la educación que nos van a garantizar un resultado satisfactorio y seguro.

 

Así que, ¿están de acuerdo o en contra de los implantes mamarios? Les dejo esa reflexión.  Recuerden siempre que rara vez hay blancos y negros puros, pues todo está matizado por las tonalidades de gris. Está en el ojo del observador apreciar la luz y la oscuridad dentro de cada una.

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