Joe Biden se reunió con líderes del G7 para acordar un poderoso paquete de sanciones contra Rusia por la invasión y ataques a Ucrania.
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El presidente de Estados Unidos se reunió este jueves con los aliados del G7 para pactar un paquete de sanciones contra Rusia por haber invadido Ucrania.
Después de un encuentro virtual que duró una hora y 10 minutos, las potencias occidentales (Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón) dijeron estar “preparadas para actuar”.
Biden ha liderado a la OTAN y a otros aliados europeos en su intento de elaborar lo que califica de sanciones “sin precedentes” como medida disuasoria.
Ahora que las negociaciones han fallado, es probable que se centren en golpear duramente a la ya inestable economía de Rusia.
“Acordamos imponer paquetes de sanciones y otras medidas económicas devastadoras para conseguir que Rusia rinda cuentas. Estamos del lado del valiente pueblo de Ucrania”, anunció Biden.
Las nuevas sanciones, más duras, incluirán bancos más grandes, más oligarcas cercanos a Putin y,
lo que es más importante, una prohibición de las exportaciones a Rusia de equipos y componentes de alta tecnología.
El vicecanciller de Alemania, Robert Habeck, señaló que habrá un “paquete de sanciones fuertes” que “aislará la economía rusa del progreso industrial,
atacará y congelará activos y participaciones financieras y limitará drásticamente el acceso a los mercados europeos y estadounidenses”.
Entre las sanciones más controvertidas está apuntar directamente a Putin, de quien se dice que amasó una gran fortuna durante sus dos décadas al frente de Rusia.
Podría decirse que la sanción más importante será cortar a Moscú de la red bancaria internacional SWIFT.
Esto, al menos durante algún tiempo, desconectaría a Rusia del comercio básico, perturbando enormemente la economía,
pero también tendría repercusiones potenciales considerables en el sistema financiero en general, liderado por Estados Unidos.
AFP.