Por: Adriana Bermúdez Arango.
Esta semana, concretamente el pasado 16 de enero, el portal La Silla Vacía presentó el listado de los candidatos que aspiran a quedarse con la Alcaldía de Cali. Sin embargo, este compilado estuvo incompleto, por eso, el interés de esta columna es que ustedes conozcan la opción que, quizás por desconocimiento de los periodistas debido a que su campaña apenas comienza, se quedó por fuera: Darschan Ocampo.
Aclaro que conozco a Darschan y creo en su trabajo constante y de importantes frutos, por eso me parece necesario que todos los caleños la conozcan, así, podrán tomar una decisión informada. Esta mujer, que lidera con y desde el ejemplo, comenzó su vocación pública en 2015, gestionando soluciones para problemáticas de ciudad, actividad que le permitió ser elegida edil de la Comuna Dos de Cali. Su principal objetivo desde que comenzó su trabajo comunitario, es erradicar la corrupción, mal que tiene a nuestra Sucursal del Cielo destruida. Para lograrlo, 26 tutelas y 3 desacatos que interpuso, obtuvieron sentencia a su favor. Actualmente, tiene en la Procuraduría denuncias que involucran a 33 funcionarios de la pasada y de la actual administración de Cali. Desde su labor como edil, supervisa y acompaña las acciones de la Policía Metropolitana, participa en sesiones del Concejo y propone acciones para mejorar la seguridad, movilidad, infraestructura y cultura ciudadana.
Darle visibilidad a una candidata que ha demostrado ser coherente para ocupar el cargo más importante de la ciudad, tiene como objetivo recordarle a los caleños el estado de descuido en que se encuentra Cali; que nuestros principales problemas son todos: seguridad, movilidad, infraestructura y, por supuesto, cultura ciudadana; que necesitamos a alguien que dirija la ciudad HOY, no que se dedique a hacer obras para el futuro, cuando no hemos resuelto los problemas del presente, que son graves e importantes para lograr el crecimiento y desarrollo de la ciudad.
Cali requiere un gerente que piense en su futuro mientras resuelve los problemas que impiden que la ciudad progrese; necesita una persona visionaria, que sea capaz de solucionar las falencias en infraestructura o movilidad de hoy, con planes que sean efectivos a 30 o 40 años; un líder que sea capaz de exigir acciones por parte de la fuerza pública, mientras los apoya para lograr mayores recursos; una persona que se preocupe por educar a los caleños para que retorne el civismo, la cultura ciudadana.
La Sucursal del Cielo necesita que sus habitantes votemos con la razón, con sensatez, basados en el comportamiento e integridad del candidato y en un programa de gobierno que debe estar enfocado en resolver de forma tangible y clara, los verdaderos problemas que ya tenemos. Ojalá TODOS hayamos entendido que las promesas se las lleva el viento y que la actitud egoísta de pensar en mí y solo en mí, lo único que nos acarrea es infortunio y desdicha. Llegó el momento de decidir qué futuro queremos para Cali y para sus habitantes, porque, donde continuemos por el camino por el que vamos, no quedará mucho de lo que propios y extraños podamos sentirnos orgullosos.