¿Otro proceso de paz?

Escrito por el 3 marzo, 2023

Por: Adriana Bermúdez Arango

Esta semana, Fabio Cardozo, secretario de Paz y Cultura Ciudadana de Cali, en carta enviada al presidente Gustavo Petro, propuso, con el ánimo de aportar a la Paz Total, “acordar una agenda humanitaria” para aliviar a “la población más afectada por este “renovado conflicto armado”. La propuesta se basa en cinco puntos: 1. Alto al fuego con todos los actores que tienen hoy, interlocución con el gobierno nacional; 2. Cese de hostilidades para poner a salvo a la población civil, con corredores humanitarios para la asistencia de los organismos competentes; 3. Definir mecanismos de verificación y una estrategia campamentaria; 4. Regreso al país de los líderes del ELN para que promuevan la Paz Total entre sus tropas; 5. Reanudar el proceso de desminado.

La propuesta es interesante, no lo puedo negar, pero se siente muy débil. Revisemos cada punto:

  1. Alto al fuego: Para lograrlo, se requiere el compromiso de la totalidad de miembros de los grupos al margen de la ley, lo que es poco probable, básicamente, porque la ilegalidad es rentable y ellos ya lo saben. Tengamos presente que las disidencias de las FARC lo son, porque no se adaptaron al reincorporarse a la vida civil.
  2. Cese de hostilidades: Este punto incluye que los grupos al margen de la ley desistan de los reclutamientos forzosos y de tener en confinamiento a las comunidades para, así, lograr procesos masivos de retorno a los territorios de los que han sido desplazados. La pregunta es ¿Están estos grupos dispuestos a entregar el dominio de los territorios cuando no es claro si el proceso funcionará?
  3. Definir mecanismos de verificación: Este punto incluye la creación de una ESTRATEGIA CAMPAMENTARIA, lo que significa reunir a los grupos al margen de la ley, cada uno en una de las zonas consideradas “espacios territoriales de paz” y socializarles la propuesta de paz del gobierno para que la conozcan, discutan y se apropien de ella. Además, para poder lograr verificación del proceso y control territorial por parte de la fuerza pública. ¿No correremos el riesgo, al congregarlos en territorio seguro, de facilitarles el camino que les permita distraer atenciones, mientras ellos se fortalecen en otras zonas? Tengamos presente que carecemos de un censo o conteo que nos garantice la presencia en pleno de todas las tropas en cada una de las zonas. Recordemos lo vivido con las disidencias de las Farc.
  4. Permitir a la dirigencia del ELN instalarse en Colombia: ¿Será que el secretario de Paz y Cultura Ciudadana de Cali no se ha enterado que las negociaciones con los cabecillas de este grupo se están dando en México, por solicitud del mismo equipo negociador del ELN? ¿Será que ese punto no le genera “malicia” y no lo lleva a pensar que las bases no están incluidas en la negociación? Ya sabemos que eso sucede porque los verdaderos y principales beneficiados del proceso, como ocurrió con las Farc, serán los líderes del grupo subversivo, quienes ya están negociando rebaja en las penas de un 20 % y un máximo de 25 años en prisión. Aunque no es lo que considero correcto, ojalá de estas rebajas se vean tan beneficiados los cabecillas como los militantes rasos, esos que tuvieron que tomar las armas porque fueron reclutados o porque buscaban qué dar de comer a su familia, esos que terminaron ahí más por falta de oportunidad, que porque vieron la oportunidad para sacar provecho a la situación y a las comunidades vulnerables.
  5. Reanudar el desminado: Este punto sí que es interesante, porque fueron los guerrilleros quienes plantaron los explosivos y son ellos quienes no han querido compartir dónde lo hicieron, exponiendo la vida de otros colombianos, militares generalmente, quienes deben arriesgar su integridad en el campo desactivando estos dispositivos o detonándolos de manera controlada.

Sé que sueno desconfiada y lo soy. Ofrecer tantas cosas a quienes se encuentran al margen de la ley, es evidencia de que la ley y la fuerza pública continúan perdiendo la guerra, como ocurrió con las Farc y su Acuerdo de la Habana. Tengamos presente que solo se negocia con quien tiene tanto o igual poder y, aunque quiero que se salven todas las vidas posibles, sean de quienes sean, no puedo desconocer que lo que más está perjudicando el presente y futuro de nuestro país, es negociar con delincuentes, quienes se ven tan beneficiados, que alcanzan incluso, a renovar el conflicto. Bien lo dijo Winston Churchill “El que se arrodilla para conseguir la paz se queda con la humillación y se queda con la guerra” y es esa guerra la que se queda entre nosotros, se reinventa y toma fuerza para seguir causando estragos. Oremos para que eso no sea lo que nos suceda en el Valle.


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