Comenzó la temporada electoral, eso se nota. Ahora sí, quienes quieren quedarse con la Alcaldía de Cali en las elecciones de octubre próximo, ponen los ojos en lo que ha hecho y no ha hecho el alcalde Jorge Iván Ospina, aunque anteriormente, no lo han hecho con tanta vehemencia. Lo hemos visto con la concejal Ana Erazo, quien levantó la voz en el diario El País, diciendo que el alcalde solo ha desembolsado el 26 % del empréstito de 6500 millones que aprobó el Concejo en 2020. Lo mismo hizo Catalina Ortiz el pasado 8 de marzo, en el conversatorio de mujeres candidatas en Univalle, alertando que se acaba su periodo y Ospina no ha ejecutado los recursos.
Lo curioso de esto es ¿dónde han estado las concejalas para hacer seguimiento a la labor del alcalde? ¿Por qué no han investigado claramente, a dónde van a ir a parar los impuestos de los caleños? ¿Por qué no han propuesto a sus compañeros realizar un debate de control para hacer seguimiento, a los seis meses, al año, a lo que está haciendo o dejando de hacer la administración, con el dinero de los caleños? ¿Por qué esperar hasta ahora, que comienza la contienda política, para poner el ojo sobre algo que no debieron descuidar nunca, como son los recursos públicos? Porque para nadie es un secreto que el alcalde Ospina sabe cómo mover los entramados del presupuesto. Recordemos que algo parecido, ocurrió con el dinero recaudado para las Megaobras: se cobró a los contribuyentes, pero, al momento de ejecutarlo, mucho de éste había sido destinado para otras necesidades, dejando algunos de los proyectos cobrados, inconclusos o sin iniciar. Si no me creen, traigan a su memoria la promesa del puente de Chipichape, que iba a descongestionar la zona y, hasta hoy, solo cuenta con planos y el anhelo de los habitantes del norte de la ciudad, principalmente, de quienes visitan el centro comercial que lleva este nombre.
Lo sorprendente no es que, a solo 10 meses de terminar su mandato, Jorge Iván Ospina no haya ejecutado el empréstito, lo sorprendente es que, hasta ahora, se prendan las alertas de las concejalas, cuando ellas mismas, quizás por filiación política, estuvieron entre quienes aprobaron que se entregaran unos recursos al alcalde para uso sin destino. Recordemos que únicamente Diana Rojas y Roberto Ortiz se opusieron a este préstamo, argumentando que carecía destino y, por ende, no habría cómo saber si su ejecución se haría de manera correcta o no, tal cual como está sucediendo hoy.
Y no puede decir el alcalde de Cali que no ha encontrado en qué gastarse la platica, porque la ciudad está llena de huecos y la seguridad es un desastre, así que, en qué invertir, hay y, como ese dinero no está condicionado, puede ser destinado a las necesidades más imperantes de la ciudad. Quizás lo que no hay es ganas por ahora, porque, ad portas de terminar su mandato y como lo han hecho otros en otras dependencias, puede que a última hora se destine todo y, como sucedió con las Megaobras, nos quedemos esperando la ejecución de algo que, comenzó como un sueño y en eso se quedó.
*Foto: El Espectador