La delgada línea ética

Escrito por el 2 junio, 2023

Por: Adriana Bermúdez Arango

Lo ocurrido con Catalina Ortiz esta semana en Cali es imperdonable. Y no me refiero a que un hombre haya pasado y le haya tirado agua cuando ella hacía campaña volanteando en las calles, lo cual, a todas luces, no debe ocurrir, me refiero a que se confirmó que todo fue un montaje. Es que, en la época del internet y las redes sociales, aplica con mayor fuerza el dicho “Entre cielo y tierra no hay nada oculto” y todo lo que usted hizo o dejó de hacer en algún momento, puede llegar a comprobarse o, al menos, a intuirse.

Y la verdad es que Cali está ávida de una mujer en la Alcaldía, de una mujer que sepa administrar una ciudad que está sumida en el caos y que carece de rumbo, pero necesita de alguien que no tenga “cola que le pisen” y, con esto, Catalina Ortiz quedó fuera de ese espectro, básicamente porque evidenció que carece de control sobre su equipo y así, no se puede gobernar a Cali. Siendo honesta, lo más grave no es lo que ocurre en el video, es lo que quieren lograr con él, es la manera en que se buscan votos. Victimizar a una persona para lograr un objetivo es manipulación y eso, a todas luces, es incorrecto, antiético.

Infortunadamente, ya conocemos cuáles son las consecuencias de correr las “líneas éticas” y los caleños no podemos permitir que sean estas personas, con unos principios y una ética tan endeble, las que gobiernen nuestra ciudad. Tenemos que impedir que esos políticos que son capaces “de todo” o permiten todo, lleguen al poder, porque lo único que hacen cuando lo alcanzan, es obtener beneficios para ellos mismos y para sus amigos, no para sus electores, no para la ciudad.

Cali necesita una dirigente capaz de manejarla con mano firme, que trabaje por el hoy con la visión en el mañana, pensando siempre en el bien común y en el desarrollo de la ciudad, no enfocada en a quién le debe y cómo le va a pagar con los recursos y oportunidades de la ciudad.

Una vez más, comprobamos que la temporada electoral es muy sensible en lo que a credibilidad se refiere. Con tal de llegar al poder, algunos son capaces de inventar cualquier tipo de mentira y, “si nos pillan”, también tienen lista la explicación, porque Ortiz argumenta que ella no sabía, que fue engañada. ¿Qué esperaban con este “performance”, como lo llamaron desde la agencia de publicidad? ¿Si les íbamos a creer? ¿Si la mentirita cuadraba y, por lástima o condescendencia, llevaba a la candidata hasta la Alcaldía? ¿Cuándo pensaban decirnos para qué era esa actuación? Las “puesta en escena” de este tipo, se deben realizar de forma abierta ante los involucrados, es decir, vincularlos, obtener el resultado de su participación desprevenida y, posterior a ello, informarles qué está sucediendo, eso debió ser lo que Ortiz y su agencia de publicidad debieron hacer, presentar el video con la verdad, explicando su naturaleza y objetivo. No hacerlo, evidencia que había una segunda intención que, obviamente, nunca van a reconocer, menos ante nosotros, los incautos electores que creíamos en la veracidad de la historia.


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