La infeliz

Por: Adriana Bermúdez Arango

Parece que la paciencia, la comprensión y hasta la esperanza de la comunidad del Cauca, están llegando al límite. La ineficiencia demostrada desde el principio por Francia Márquez como vicepresidenta y ahora también como ministra de la Igualdad y Equidad, es reconocida con mayor vehemencia por los colombianos. Sus continuos viajes sin un motivo o proyecto claro que justifique la inversión, sumados a su actitud petulante ante todo aquel que se cruce en su camino, han hecho que los colombianos se vayan cansando de ella.

Esto fue lo que se evidenció en Popayán el miércoles, cuando la vicepresidenta se presentó al evento “El gobierno escucha” en el campus de UniCauca y muchos de los presentes comenzaron a abuchearla, gritando “Fuera” y señalando la salida con sus manos. La confundida Francia, sin saber qué hacer, decidió, al parecer, emprenderla contra con la consejera para las regiones, Sandra Ortiz Nova, quien no sabía qué responder ante los reclamos. Y aunque es cierto que los videos no dejan escuchar la conversación, el lenguaje corporal de la ahora, ministra de la Igualdad y Equidad, evidencia su molestia frente a la situación, además de la imposibilidad de la consejera para controlarlas, tanto a Márquez como a la multitud.

Y es que, las salidas en falso de Francia no son novedad. Ya la vimos en entrevista con Vicky Dávila diciendo “de malas” “cuando se le preguntó por el uso del helicóptero para llegar a su casa en Dapa, o el regaño que le dio por Twitter, ahora X, a las Fuerzas Militares y de Policía por la situación de seguridad precisamente en el Cauca. En esta nueva oportunidad, es la consejera para las regiones quien recibe los empellones verbales de la vicepresidenta, quien se molesta por el sentir que ella misma ha sembrado en sus coterráneos.

Sería muy bueno que este gobierno dejara de pensar y mirar hacia afuera, que se pusiera las pilas a mirar hacia adentro para que sea capaz de recomponer el camino. Han pasado 14 meses desde que llegaron al poder y, lo que principalmente han hecho, es criticar todo lo que hicieron los anteriores gobernantes. Cuando eran oposición, eso era lo que criticaban de los gobernantes, que vivían con el retrovisor puesto, quejándose de lo que otros hicieron, en vez de estar enfocados en cómo solucionar los problemas que prometieron resolver. Paradójico que se hayan hecho elegir para hacer lo mismo, cuando prometieron ser el cambio.

La vicepresidenta y ministra de la Igualdad y Equidad, precisamente por hacer honor a su Ministerio, debería pensar en que sus compañeros de gobierno, aunque ostenten cargos menos sonoros, merecen el mismo respeto que ella, no solo por sus títulos y experiencia profesional, principalmente como personas. ¿Se alcanza a imaginar el ambiente laboral que se debe tener alrededor de ella, cuando todo el mundo sabe que embiste y pisa como toro, sin la más mínima contemplación?

Francia debería preocuparse más por cómo la percibimos, por ese halo de resquemor que deja a su paso, sembrado, sobre todo, por la expresión de infelicidad en su rostro, que nos evidencia su insatisfacción con lo que hace. Y, aunque es claro que no la tiene fácil en su trabajo, sí es importante tener en cuenta que todos conocemos personas con vidas mucho más difíciles, con dificultades de salud, laborales, económicas y de todo tipo que, aún así, son capaces de sonreír con honestidad y mostrar luz a través de sus ojos. Recuerde vicepresidenta: usted se hizo elegir para resolver los problemas que ya sabía que teníamos. Su incapacidad para la labor no es culpa de nadie que le rodee.