Por: Adriana Bermúdez Arango
Las lluvias del anterior martes en la noche y madrugada del miércoles, abren nuevamente las inquietudes de si en Cali estamos preparados para una nueva temporada invernal. Y, como ya lo hemos tratado en esta columna previamente, estas precipitaciones se van haciendo más fuertes, causando más estragos en cada nueva oportunidad.
El aguacero del pasado 10 y 11 de octubre, según lo manifestó Rodrigo Zamorano al periódico El País, causó 88 emergencias y despachos por parte del Cuerpo de Bomberos y un aumento considerable en el caudal de los ríos Meléndez, Lili, Cañaveralejo y Pance, aunque éstos no se desbordaron.
Las lluvias también dejaron sin servicio de energía y calles casi inundadas en Los Álamos y Floralia; inundaciones en zonas aledañas a Cristo Rey; árboles caídos en los kilómetros 3 y 16 de la vía al mar y en barrios como Guaduales, Santa Fe, Cañaverales; también cayeron rocas en el kilómetro 8 y se presentó condición de riesgo en La Choclona, Cuarto de Legua y Mónaco.
Todas estas situaciones que pudieron convertirse en estragos pero que, por esta ocasión no lo fueron, deben darnos la alerta necesaria para que comencemos, si no lo hemos hecho, a cuidar la limpieza de nuestras alcantarillas y los lugares que utilizamos como depósito de basura. Hay quienes, por deshacerse de sus residuos, los dejan en la calle a la espera del paso del camión recolector, lo que puede ocasionar que, con un temporal como el vivido en la noche del martes, se rieguen y vayan a parar a las alcantarillas, lo que las obstruiría e impediría la evacuación correcta y suficiente de las aguas lluvias.
Sería de gran ayuda para evitar estas situaciones, aplicar prácticas como las que se ejecutan cuando se realizan obras de construcción, que se pone una malla sobre la alcantarilla, para evitar que material se cuele y deposite en ella. En una ciudad como Cali, llena de árboles que mudan sus hojas permanentemente, esta práctica ayudaría muchísimo a controlar estos casos permitiendo que, al barrer las calles, las hojas y desechos puedan ser recogidos fácilmente.
La Sucursal del Cielo necesita programas que vayan de la mano con su realidad. Ya hemos propuesto desde estas líneas, para estas temporadas de sequía, un riego de zonas verdes por parte de alguna entidad como los Bomberos, apoyados obviamente en los vecinos, quienes podrían apersonarse de sus antejardines y mantenerlos verdes regándolos de noche, sin riesgo de multas, lo que ayudaría a conservar un clima más fresco en la ciudad.
Como ciudadanos, seamos responsables de nuestro entorno. No arrojemos basura a la calle, ni guardemos silencio ante quienes lo hacen. Tomemos registro fotográfico de la infracción y denunciemos en redes sociales, así, los entes encargados, podrán tomar las acciones pertinentes y ayudarnos a mantener una Cali limpia y con menores estragos en la temporada invernal.