Por: Adriana Bermúdez Arango
Lo que está ocurriendo en Cali es inaudito. La avalancha de denuncias que se están presentando frente a la Administración de Jorge Iván Ospina, sumadas a la amenaza que recibió en su casa el comunicador Camilo Chará, quien sacó a la luz pública muchas de éstas, demuestra lo preocupante que es la situación de Cali, en lo referente al peor cierre de año y de Alcaldía que hayamos visto jamás.
Y es que debemos estar muy atentos a la información que recibimos, porque todo tenemos que examinarlo con lupa, así evitamos ser promotores de desinformación. Es claro que las situaciones expuestas en las redes sociales existieron, eso nadie puede negarlo, sobre todo porque ya hay denuncias formales ante la ley de varias de ellas, pero no podemos quedarnos con los titulares de los medios, hay que leer la noticia con detenimiento y en cada caso preguntarnos ¿Quién denunció ante las entidades competentes para investigar y cuándo lo hizo? Porque será esa respuesta la que aclare muchas situaciones.
Y no quiero lavarle la cara a nadie, que eso quede claro. Usted, si me honra leyendo mi columna con alguna regularidad, sabrá que no soy hincha de Jorge Iván Ospina, de su manera de gobernar ni de muchas de las decisiones que tomó, básicamente, porque las considero poco relevantes frente a otras que sí debió haber tomado. Sin embargo, no puedo responsabilizar a todo su equipo por eso y considero pertinente analizar cada caso para tomar partido frente a él de manera informada.
El caso de Luz Marina Cuéllar, exjefe de Comunicaciones de la Alcaldía, ahora en Emcali, no es cosa juzgada. Falta la segunda instancia, la apelación del fallo, donde podrá demostrar su inocencia, eso hace parte del debido proceso. El segundo fallo y los argumentos con que se emita, nos dirán si será destituida e inhabilitada y, ante ellos, podremos estar de acuerdo o en desacuerdo, pero lo cierto es que todavía, no hay nada en firme.
Si revisamos lo presentado en el Departamento Administrativo de Hacienda, sabremos que fue el mismo Organismo el que meses atrás detectó la intrusión, revirtió la acción y denunció ante la Fiscalía, eso quiere decir que el “denunciante” de las redes sociales no lo es realmente, solo recibió la información de alguna fuente y la publicó, pero el trámite legal ya estaba hecho desde tiempo atrás y está pendiente de que sea resuelto con base en la ley.
El caso del secretario de Cultura, Brayan Hurtado ya tiene una denuncia en la Fiscalía, radicada por la mujer que manifestó haber sido abusada por el funcionario a mediados del mes de septiembre, en un paseo al Lago Calima. También tiene conocimiento de la situación la Personería de Cali, por lo que son estos entes de control los responsables de dar una respuesta diligente a la denunciante. Lo que sí parece ser obra del comunicador Chará, es lograr que otras mujeres hablen sobre situaciones similares, porque parece que el señor Hurtado tenía muy malas prácticas en su Organismo. Afortunadamente, el hecho de ventilar este caso, ocasionó que el alcalde Ospina le solicitara la renuncia.
Frente al Parque Cristo Rey, uno de los ‘5 parques para la vida’ hay poco para decir, porque el nepotismo siempre será mal visto, sobre todo cuando los beneficiarios no son los idóneos personal o profesionalmente, para ejercer el cargo para el que fueron seleccionados. Y eso es lo que ocurre con la arquitecta Martha Liliana Hernández, secretaria de Vivienda Social y Hábitat, exesposa de Mauricio, el hermano menor de Jorge Iván Ospina. Se dice que la señora adjudica contratos a dedo, como había sido denunciado desde principio de año a la Personería, la Contraloría y la Fiscalía, por el abogado Élmer Montaña. La Contraloría respondió a esta denuncia que no se evidencia incumplimiento ni detrimento patrimonial en las acciones de la funcionaria, por lo que deriva el caso a Procuraduría y Fiscalía. Esperemos que estos sean menos ‘entes’ y más de control, para determinar si hubo irregularidades en su actuar.
Y es precisamente, la cabeza de un Organismo de control, Harold Andrés Cortés Laverde, personero de Cali, quien ha sido expuesto en redes sociales como alguien que ejerce su cargo a conveniencia y con preferencias. Parece que Cortés Laverde no ha tomado medidas frente al caso del secretario de Cultura, denunciado por acoso sexual; ni ante las denuncias por presuntas extorsiones de algunos funcionarios de la Secretaría de Seguridad y Justicia y el inspector de la comuna 2, una de las más grandes de Cali, a comerciantes de negocios nocturnos, caso que también requiere mirarse con detalle, porque la ley funciona con base en la “buena fe”, no en la evidencia, lo que es bastante conveniente para los comerciantes de la noche cuando se comprometen con planos a cerrar e insonorizar un lugar, pero nunca lo hacen e igual, obtienen sus permisos. Uno de los denunciantes de este caso, es un comerciante que tiene negocios nocturnos en el norte de la ciudad, que fueron cerrados al carecer de EIR y ser altamente ruidosos para la comunidad.
En Emcali, se adjudicaría el próximo 29 de diciembre, un proyecto de $50891 millones con vigencias futuras. Se ejecutaría entre 2024 y 2025 por parte de la Gerencia de Tecnología de la Información y su objetivo es “Ejecutar mejoras evolutivas para la integración de procesos soportados en el sistema SAP implementado en Emcali”, lo que parece demasiado vago como propósito. Lo primero que debería aclarar Emcali es si hay algún condicionamiento legal para que este contrato sea firmado en estas fechas, porque, de no ser así, lo correcto sería esperar a la nueva Administración. Al fin de cuentas, ella será la responsable de hacer que todo funcione mejor y debe estar en capacidad de poder escoger cómo hacerlo, porque es claro que los miembros de la actual no lo lograron.
Y para tratar de terminar, el alcalde Ospina intentar atornillar a Carolina Romero como rectora del IPC, haciendo una convocatoria de 3 días en pleno cierre de año y de vigencia, a través de un pliego que parece creado para que ella sea la feliz ganadora. Lo triste es que la quiere conservar, cuando no son los resultados de sus acciones los que la avalan. Se habla de una gestión pobre, sin muchos resultados.
Estos son los hechos ventilados esta semana por los medios y por redes sociales. No hemos ahondado en nada y ya casi, colmé el doble del espacio que acostumbro escribir. Lo triste es saber que pueden pasar años sin que la justicia tome medidas e imponga sanciones ejemplares frente a lo ocurrido, lo que quiere decir que los caleños debemos estar atentos a las decisiones que se tomen en derecho, a la luz de la ley, porque no podemos permitir que ninguna Administración abuse de la bondad de los caleños de semejante manera.
Esperemos que la seguridad del comunicador Camilo Chará sea garantizada por la entidad competente y que los rumores de que los Ospina saldrían del país amparados por Petro sean falsos. Los necesitamos aquí, respondiendo por sus actos. Al fin de cuentas, el que nada debe…