Por: Adriana Bermúdez Arango.
El primer día de enero, comenzó el periodo de Alejandro Éder como alcalde de Cali. Su compromiso consiste en «Revivir a Cali», ciudad que encontró sumida en el abandono y el descuido en prácticamente todos los aspectos, al carecer de políticas públicas reales, que fueran capaces de trabajar en la solución de problemas coyunturales, sobre todo en aquellos de tipo social.
Pero Éder no llegó solo a la Alcaldía, viene acompañado de la samaria y exreina Taliana Vargas, su esposa y madre de sus dos hijos, quien, además, ha sido actriz, modelo, presentadora, empresaria y activista social, esta última gracias a su fundación «Casa en el árbol», dedicada a apoyar el fortalecimiento de comunidades menos favorecidas, el desarrollo integral comunitario de mujeres, niños niñas y adolescentes de Santa Marta y el Magdalena.
Sin embargo, los comentarios por parte de algunos caleños en las redes sociales sobre la llegada de Taliana no se hicieron esperar. Aunque su labor va a estar enfocada en el aspecto social, donde Cali necesita demasiada intervención, hay quienes consideran que ella es el verdadero «poder detrás del trono» y que llegó a dar las órdenes. Parece que no todos los caleños valoran el tener una primera dama firme, segura de sí, que trabaje porque la ciudad se convierta de nuevo en ‘La sucursal del cielo’. Y es que, si somos sensatos, en vez de estar criticando una labor que apenas comienza, lo que deberíamos estar haciendo es guiando a Taliana en los aspectos, problemáticas o puntos que requieren foco para poder solucionarlos.
Cali es una ciudad que necesita trabajo duro de un equipo que conozca sus problemáticas y quiera resolverlas. La verdad es que, si Taliana quiere dedicar su tiempo a ser algo más que «la esposa del alcalde», ¿por qué no apoyarla? ¿Por qué no dejarla que trabaje por la mejora y desarrollo de nuestra ciudad? ¿Por qué no permitir que toda su voluntad y reconocimiento sean un punto a favor para «La capital de la salsa»? Si lo que necesitamos son manos para recuperar la ciudad, ¿por qué no tomar las de ella que quiere entregarlas a nuestro servicio?
Es hora de quitarnos los guantes y ponernos a favor de nuestra ciudad, considerando lo que a ella en realidad le conviene. Dejemos de lado tanta presunción y demos la bienvenida a una nueva etapa en la que tenemos un equipo, liderado por una familia, que quiere volver a poner a Cali en el lugar destacado donde estuvo por muchos años. Hagamos a un lado tanto prejuicio y permitamos que Taliana nos demuestre toda su experiencia y capacidad para liderar procesos sociales, démosle la oportunidad de demostrarnos por qué merece la corona, al fin de cuentas «Hechos son amores y no buenas razones» y son los hechos los que nos permitirán, en cuatro años, juzgarla.