En Caracas, lo mismo que otras ciudades y regiones, sigue subiendo la presión contra el régimen de Nicolás Maduro por no contar abiertamente los votos.
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La capital de Venezuela está viviendo horas convulsas. Después de las elecciones de este domingo, el chavista Consejo Nacional Electoral (CNE) le dio el triunfo a Nicolás Maduro y muy pocas horas después lo proclamó como presidente para un tercer mandato, sin mostrar las actas oficiales de las votaciones ni contar los votos con veeduría independiente ni esperar las impugnaciones que se pudieran presentar. La población, enardecida, salió a las calles y permanece allí haciendo varios pedidos, desde el reconteo de los votos hasta la salida de Maduro del poder.
Este lunes, después de la clama chicha con que terminó la jornada electoral del domingo, los venezolanos empezaron a salir a las calles de manera espontánea. Nadie los convocó. En diferentes puntos de Caracas y en diferentes ciudades y estados de Venezuela, comenzaron a conformarse ríos humanos, algunos de los cuales pretendían llegar hasta la sede del régimen.
En uno de los hechos más significativos, los habitantes de Petare, un sector deprimido de la capital venezolana conformado por unos 400 barrios que otrora eran seguidores del chavismo, salieron masivamente a manifestarse contra los resultados que entregó el CNE. Pero no fueron los únicos. En diferentes puntos de la urbe brotaron manifestaciones, algunas de las cuales degeneraron en actos violentos.
Los choques entre manifestantes y la policía del régimen se produjeron. En confusos hechos, bandas delincuenciales salieron armadas advirtiéndoles a las autoridades que, si reprimían al pueblo, sus integrantes las atacarían. Por su parte, los denominados colectivos chavistas, grupos paramilitares al servicio del régimen que andan de civil y en motos, también salieron a las calles para amedrentar a los manifestantes, como ha ocurrido en otras ocasiones.
El panorama volvió a ser el de bloqueos, carros y llantas incendiadas, disparos de civiles de todos los bandos, manifestaciones atacadas con gases lacrimógenos y un saldo de muertos y heridos cuya cifra aún no se ha establecido plenamente. La disposición de los seguidores de la líder opositora María Corina Machado se vio animada cuando ella dio una rueda de prensa en la tarde de este lunes y anunció que tenía las pruebas para demostrar el fraude en las elecciones.
Uno de los aspectos más llamativos de la jornada de este lunes es que la mayoría de protestantes eran los jóvenes. Las razones que aducían es que toda su vida solo han conocido el régimen chavista que no les ha dado oportunidades y que, por el contrario, ha provocado el éxodo de casi ocho millones de venezolanos. Ellos no quieren salir del país y por eso piden un cambio inmediato de gobierno.
María Corina Machado insistió en que el presidente electo es su candidato Edmundo González Urrutia y que continuarán luchando para que los votos se recuenten y sea él quien asuma el gobierno del país, devastado después de 25 años de régimen chavista, una crisis que se agudizó bajo la administración de Maduro. Pero Machado no se quedó solo con eso.
También convocó para este martes a sus seguidores a que se reúnan en la calle, con sus familias y de forma pacífica, para presionar el reconteo de los votos. Eso será a partir de las 11:00 de la mañana hora de Caracas (10:00 de la mañana hora colombiana). Es claro que, si los venezolanos salieron a la calle este lunes sin ningún tipo de convocatoria, para este martes su presencia en los espacios públicos será abrumadora por el llamado de su líder.
Pese a la invitación para que esas movilizaciones se hagan de manera pacífica, es incierto en qué puedan terminar. La razón: el chavismo también convocó a sus bases para que salgan a las calles este martes. Aunque los recorridos y puntos de concentración están planeados para que no coincidan, es imprevisible cómo transcurra y termine este día martes en Caracas y en Venezuela.
La exaltación de los venezolanos también ha llevado a que en por lo menos cinco puntos del país hordas derribaran estatuas de Hugo Chávez, antes venerado como el ‘comandante eterno’, e incluso arrastraran su cabeza por el piso jaladas por motocicletas. Las escenas evocan las caídas de los dictadores Sadam Husein en Irak y Muamar Gadafi en Libia.
Toda América está a la expectativa por el desarrollo de los acontecimientos este martes en Venezuela. De lo que ocurra en la cuna de Simón Bolívar dependerá también el futuro de la región.
Fuente: Pulzo