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No todo es como lo pintan

Por: Adriana Bermúdez Arango

Desde que este Gobierno comenzó, sus propuestas han estado enfocadas en generar cambios a diversos sistemas, cambios que, según el presidente Petro, nos iban a mejorar la vida a los colombianos. Infortunadamente, el tiempo pasa y los cambios dados, sólo mejoran la vida de aquellos que se vendieron para lograrlos, no de los ciudadanos del común como usted o como yo.

Esto lo han venido notando médicos, enfermeras y los mismos pacientes. Mientras el presidente utiliza sus discursos para decir que ahora, el giro directo de los recursos de la ADRES a las IPS ha mejorado los servicios porque les permite recibir rápidamente los pagos, las entidades prestadoras de salud dicen que eso no ocurre. Más grave aún, se ha dilatado el proceso de atención, haciendo que decisiones cruciales como las autorizaciones de procedimientos, hayan pasado de ser aprobadas en dos días, a tomarse hasta quince.

En el modelo anterior, la IPS tenía línea directa en la ciudad con el encargado de otorgar las autorizaciones para realizar los procedimientos. Ahora no. La IPS debe comunicarse con un centro de autorizaciones en Bogotá, que se toma hasta doce o quince días para autorizar un procedimiento, supongo que es porque debe tener tantas autorizaciones por aprobar, que los encargados hacen lo que pueden. Centralizar el proceso ha hecho que la vida de algunos se complique. Escuché a un médico contar que, a un paciente con problemas de circulación en sus pies, la demora en la autorización de un procedimiento fue la diferencia entre una hospitalización para que resolviera su problema con un oportuno tratamiento y una amputación de uno de sus miembros inferiores… Cosas que no deben pasar.

Debido a todas estas situaciones, el alcalde de Cali, Alejandro Éder, remitió esta semana una carta al presidente Petro y al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, en la que los pone sobre aviso (de pronto ellos no saben lo que está pasando…) frente al colapso que se avecina en el sistema de salud en la ciudad, debido a factores como que la UPC (Unidad de Pago por Capitación), no es suficiente para atender las necesidades de los caleños, y a las deudas que se tienen con el sector salud en nuestra ciudad. El alcalde Éder recuerda en su misiva, que la cartera de la red de prestación pública distrital, hasta mayo 31 de 2024, asciende a $ 63.139.048.685, mientras la cartera de la red privada supera el billón de pesos. Esto, porque la ADRES no paga la totalidad de la prestación de los servicios mes a mes.

Celebro que el alcalde levante la mano ‘a tiempo’, aunque para muchos de nosotros es claro que sólo será un saludo a la bandera, básicamente, porque el interés del presidente Petro es, como lo manifestó la exministra Corcho, crear “una crisis explícita” que les permita generar todo tipo de cambios y continuar con el efecto “chu chu chu” del sistema, para ir, poco a poco, dejándonos a merced de un Estado que se caracteriza por ser poco capaz, poco resolutivo y, cada vez, más costoso.

La inversión de este Gobierno es en la gente, pero en la gente que trabaja para ellos y les hace propaganda en redes, no en la gente ‘de a pie’ a la que le descuentan un rubro por salud de su salario. Confiemos en que el Senado o alguna ía (Procuraduría, Fiscalía, Contraloría o Personería, la que sea competente), amparados en que la salud es un derecho fundamental inalienable, sean capaces de ponerle freno a esta debacle que, día a día, se ve venir con mayor fuerza y rapidez. Y que Dios nos proteja.

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