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Particular racero

Por: Adriana Bermúdez Arango

Lo que denunció Daniel Coronel en su columna, sobre la corrupción que lideraba el representante a la Cámara David Racero, nos tiene pensando una vez más, que todo lo que este Gobierno hace, está contaminado de alguna manera.

Y es claro que ni él ni ninguno de los miembros del Gobierno, ni del Pacto Histórico o de la Colombia Humana, reconocerá jamás que las acciones denunciadas son ciertas, porque negarlas, aunque las pruebas los enceguecen es su habilidad, pero cada vez les va quedando más difícil tapar el sol con un dedo. Ojalá, algún día, los enceguecidos seguidores de este tipo de políticos, vean la luz.

Es que, este caso, donde antiguos trabajadores de la Unidad de Trabajo Legislativo, UTL, del congresista Racero, durante el periodo 2018-2022, denunciaron abusos por parte del representante, no es del todo nuevo. Recordemos que hace un par de años en Cali, tuvimos el caso de una concejala que, según se denunció en aquel momento, manejaba la tarjeta débito de uno de los miembros de su UTL. Ella retiraba el salario y le entregaba al propietario del mismo, la porción acordada. También se ha sabido que los concejales esperan a las personas a quienes han ayudado a ubicar laboralmente, al día siguiente del pago, para recibir la “comisión” acordada. Es que conseguir trabajo no es fácil y, en política, tampoco es gratis. Y ni hablemos de lo que hacen las personas para estar en esas listas de “bendecidos” por ese tipo de concejales o representantes.

Y es que, aunque Racero pida a la Procuraduría y a la Corte suprema de Justicia que se investiguen las denuncias, éstas ya están más que expuestas en los medios de comunicación. Ya es claro cómo se manejaban las cosas entre él y su gente. Tampoco es la primera vez que se pone en duda el liderazgo del exrepresentante. Hace tres años, 18 de septiembre de 2021, la madre de Wendy Calderón, la señora Diana Venegas, se presentó en el parque Brasil de Teusaquillo, en Bogotá, en un evento de respaldo al entonces candidato Gustavo Petro y ante congresistas de la Colombia Humana, para leer una denuncia: su hija, dos meses atrás, se había quitado la vida porque no soportó haber sido víctima de acoso sexual por parte de Yidis Gahona, quien, como la joven, era miembro del equipo de David Racero.

Aunque, tal vez, la resolución de Wendy de acabar con su vida no fue sólo por el acoso, quizás fue porque, como también manifestó su madre, Racero conoció la situación y, en vez de tomar medidas y apoyar a Wendy, se puso del lado de Gahona, el victimario. Posterior a esta denuncia, Yidis Gahona fue retirado como asesor y nombrado por Casa de Nariño como “el primer enlace oficial para el departamento de Vichada”. Un lujo de premio recibió el agresor.

Pero el sufrimiento de Wendy no fue sólo ese. Además, debió soportar que Edwin Marulanda, hoy edil de Fontibón, la violentara diciéndole que “había sido financiada por el narcotráfico y que era una candidata de las Farc”, según contó Vanegas, todo porque quería estigmatizar sus luchas políticas. Seguramente estaba molesto con la joven porque lo denunció por presentar un diploma falso al firmar un contrato con el Estado, lo que es falsificación de documento público. Infortunadamente, en la UTL de María José Pizarro, nadie prestó atención a las denuncias de Wendy, lo que, considero, los hace cómplices de la falsificación y del abuso, delitos cometidos por el hoy, edil.

Lo curioso de todo esto, es que Racero se promueve con frases como “Vinimos a dar ejemplo no vergüenza” y no puedo encontrar otro término más acertado para describir lo que su actuar hace sentir: vergüenza. “Hasta que la dignidad se haga costumbre” y no puedo pensar en algo más íntimo que le haya quitado a Wendy y a los miembros de su UTL a quienes delega funciones que no tienen que ver con su labor o a quienes les pide dinero. Otra de sus consignas es “Vinimos a servir, no a servirnos” y aunque es bastante comprometido en presentar proyectos de ley, desatender casos como el de Wendy al interior de su UTL, hace sentir que eso de “servir” no se le da tan fácilmente

En definitiva, este particular racero para medir lo que conviene, solo fomenta la pérdida de fe en los políticos de los partidos de izquierda. No es justo que ellos hayan llegado al poder prometiendo ser todo lo contrario a lo que son. Nuestras quejas sobre los políticos de derecha eran infinitas, pero la izquierda se hizo elegir en todo el país y para múltiples cargos, amparados en la promesa de ser lo opuesto a lo que teníamos. Infortunadamente, lo que nos está contando la historia por montones es que son peores.

Foto cortesía Revista Alternativa.

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