El país colapsado y el presidente mirando cómo sacar partido

Escrito por el 14 junio, 2025

Por: Adriana Bermúdez Arango

La semana ha sido difícil para el país, eso es innegable. Desde el atentado contra Miguel Uribe Turbay el pasado sábado 7 de junio, las emociones están a flor de piel e, infortunadamente, nadie parece tener una solución, ni para la salud de Miguel ni para la situación del país.

Mientras oramos por la recuperación de Miguel, las investigaciones siguen su curso, aunque nadie está muy contento al saber que el sicario y su familia tendrán protección del Estado, según dice la Fiscalía, porque el joven revelará información crucial de quien o quienes, ordenaron el atentado. Esperemos que así sea, no como siempre ocurre, que nos quedamos a ciegas con lo que en verdad pasa mientras, del erario, se sostiene y protege a este tipo de personajes, que hacen tanto daño al país.

Y mientras los candidatos presidenciales se unen, con el objetivo de poner una pausa a la campaña presidencial y acompañar al país durante la recuperación de Miguel Uribe, el señor presidente y su séquito, están buscando cómo capitalizar cada segundo. Así lo hizo el señor Hollman Morris en el ‘concierto de la esperanza’, mencionando, cada que pudo, el atentado sufrido por Uribe Turbay, en vez de haber aplazado el concierto. Eso habría sido verdadera solidaridad y empatía.

Pero el oportunismo más claro, se evidencia en el propio presidente. Cuando el país está angustiado, preocupado, lleno de miedo por una semana en la que hubo un atentado contra un precandidato presidencial y una oleada terrorista en Valle y Cauca, al señor sólo se le ocurre liderar una marcha en Cali, presentar una reforma tributaria y una Asamblea Nacional Constituyente. Y aunque la primera salió bien, gracias a que el comportamiento en Cali estuvo a la altura y no hubo contratiempos, el resultado de las otras dos, aún no me queda claro.

Recordemos que, en el gobierno de Duque, una reforma tributaria fue el motivo para que la izquierda incendiara el país, amparada en la difícil situación que se vivía, producto de la pandemia. Una Asamblea Nacional Constituyente es una propuesta que, desde épocas de campaña, el hoy presidente Petro, aseguró que no haría. ¿Recuerdan las placas que cargaba en la campaña de 2018 en la Plaza de Bolívar cuando, todos, muertos de miedo, decíamos que él haría lo mismo que Chávez en Venezuela y cambiaría la Constitución de 1991? Sí, esas placas que nos presentó junto a líderes de la izquierda como Antanas Mockus, Claudia López y Angélica Lozano y que, en el segundo punto decían “No convocaré a una Asamblea Constituyente”, promesa que, claramente, está buscando incumplir.

Una reforma tributaria cuando el Gobierno pretende, por tres años, saltarse la regla fiscal para, seguramente, gastar sin tope, no suena muy sensata. Sobre todo cuando el Ministerio de Hacienda, a través del decreto 0572 que rige desde el 1° de junio, aumentó las tarifas de retención en la fuente y autorretenciones para este año, para recoger entre 5 y 7 billones adicionales en 2025. Pero, todo para el presidente, termina girando alrededor de cómo seguir sacando partido personal de la situación. Icetex y ‘Mi casa ya’, son algunos de los programas que están desfinanciados. Lo mismo sucede con ‘Jóvenes en paz’, propuesto por el Ministerio de la Igualdad, pero el Gobierno prefiere seguir buscando recursos para sostener a la primera dama en Italia mientras estudia inglés, estar patrocinando conciertos, marchas y funcionarios de ministerios fracasados, en vez de apostarle a la financiación de los programas y actividades que han sido creados para ser verdaderos constructores de tejido social. Toda una decepción.


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