La intolerancia extrema

Escrito por el 9 agosto, 2025

Por: Adriana Bermúdez Arango

Duele decirlo, pero en tolerancia, Cali es la ciudad menos viable del país. Y no consiste en estar de acuerdo o en desacuerdo, consiste simplemente en respetar. Como espero que lo suponga, lo digo por la tristeza que nos produce a algunos, lo que ocurrió el día jueves (07.08.2025) en la marcha que se realizaba por la calle 5, en favor de Álvaro Uribe.

Y aclaro, no es porque fuera Álvaro Uribe o no, porque eso no es lo relevante, con lo que estoy en absoluto desacuerdo es con el nivel de intolerancia al que hemos llegado en esta ciudad, donde hay gente que es incapaz de respetar los derechos de otro. No es posible que unos inconformes se metan a la brava a la marcha y decidan agredir a los marchantes, simplemente porque no están de acuerdo con su causa.

Si tanto les molesta, ¿qué dificultad hay en realizar una marcha en favor de la condena contra Álvaro Uribe, o de la juez que falló en su contra? Si es lo que tanto quieren mostrar, hay los mecanismos y los medios para hacerlo, al fin de cuentas, aquí a todo el mundo se le autoriza todo. Pero no, la idea es dañar lo que hace el otro y al otro, lo que carece de total sentido en un mundo donde todas las posiciones tienen cabida.

Seguramente, esos personajes que acostumbran a tomar esas medidas, piensan que, agrediendo a otros, están demostrando quién tiene el poder o fortaleza. Pero no, craso error. En el atropello o la destrucción, nunca habrá, como esencia o consecuencia, poder o fortaleza, sólo miseria… Y estoy segura, nadie la quiere como compañía.

A los caleños les digo: es hora de reflexionar. Estamos a tiempo de recomponer el camino y sacar de nuestro entorno esas prácticas indebidas y abusivas. No podemos permitir que ese actuar continúe enquistándose en nuestra sociedad, donde han sido primordiales el respeto, el civismo y el amor por nuestra ciudad.

Es cierto que muchos aún sentimos que los vestigios del mal llamado “estallido social” nos rondan y es por eso que debemos ser aún más fuertes en la ejecución de buenas prácticas, en la erradicación de aquellas que impiden fortalecer nuestra cultura y buenas costumbres. Porque no soy sólo yo, lo que hago, también es cómo respondo y avalo lo que ocurre a mi alrededor, cómo lo permito con un simple silencio…

Y aclaremos que el ‘levantar la voz’, no significa entrar en conflicto, es sólo un paso para plantar una posición y que los demás entiendan mi postura y aprendan a respetarla, porque de allí parte nuestra gran necesidad, del respeto, de ese que damos a amigos y vecinos, a contrincantes o contra parte, de ese que se encarga de abrirnos puertas o cerrarlas.

No podemos perder de vista que, cuando hemos sido rodeados por una buena cultura, cuando en nuestro entorno tiene asidero el respeto, tenemos la capacidad de ser tolerantes, hasta con aquellos que no lo merecen… Pero lo somos, porque lo importante no es lo que ellos no son, sino, lo que nosotros somos.


Continuar leyendo

Post Anterior

Como trogloditas


Canción actual

Título

Artista

Salir de la versión móvil