Cali, de luto
Escrito por R V AM el 3 noviembre, 2025
Por: Adriana Bermúdez Arango
Lo sucedido en Cali con la joven que hizo el reto de consumo de alcohol en una discoteca, nos tiene a todos consternados. Es cierto que desde hace tiempo, hemos visto por redes sociales y, desde diversas esquinas del hemisferio, pruebas absurdas de todo nivel: desde bañarse en hielo, comer canela en polvo, llegando hasta el famoso ‘reto de la ballena’, que ponía a los niños y adolescentes a hacer determinadas pruebas que incluso, alcanzaban el suicidio; todas y cada una de ellas tan absurda como la anterior.
Sin embargo, la fuerza que cada una de estas ‘locuras’ tenía era el estrellato, la supuesta gloria que se alcanzaba a través de internet, que permitía que, al otro lado del mundo, se supiera cuál fue el logro alcanzado por cada cual, amparado, en su mayoría, por la inocencia o inmadurez de la juventud.
Pero lo sucedido en una discoteca de Cali, sobre pasa – y con creces – el absurdo. Es de no creer, que haya una cabeza capaz de pensar que un reto de semejante magnitud, tiene algún sentido, fuera de la diversión de quienes ven al pobre que decidió aceptarlo.
En este punto, quisiera saber si alguien lo había superado, si alguien, alguna vez, recibió ese millón y medio de pesos, que era la recompensa. Supongo que dicho reto existía y tenía el premio que tenía, porque nadie era capaz de terminarlo. Asumo que todos los incautos que tuvieron la osadía o irresponsabilidad de comenzarlo, claudicaron en el camino, cuando evidenciaron que su objetivo superaba su capacidad física. Y es que seguramente era eso lo que el negocio esperaba, ayudar a la noche con un borracho más, que se convierte en el espectáculo del sitio, pero no con estas consecuencias.
En este punto, donde la broma y lo temerario se convirtieron en tragedia, son varias las reflexiones a las que debemos llegar. Lo primero en lo que debemos pensar es ¿cómo está la formación de nuestros jóvenes que, sin temor alguno, aceptan un reto y son incapaces de detenerse cuando aún es posible hacerlo? ¿Cuál es la definición de amistad que ellos tienen si, ante semejante situación, nadie es capaz de detener al que perdió la razón y lo aceptó? Inacción que me lleva a pensar que se redefinió el concepto de amistad que mi generación tenía.
Si soy honesta, no responsabilizo al establecimiento por lo ocurrido. Hoy, sí que recuerdo la famosa pregunta que le hacían a uno los papás cuando lo veían en camino o haciendo algo insensato, «Entonces, si su amigo le dice que se tire del puente ¿usted se tira?” Y ahí está el centro de todo, en la capacidad de decisión de cada quien, en la fortaleza para entender que, ese momento, debe tener el interés de divertirme, no de convertirme en el objeto de diversión de los demás.
Y entiéndanme, no quiero decir que este tipo de propuestas deben estar en todos los lugares, porque es claro que muchos no tienen la capacidad para discernir entre qué es lo que se puede o no hacer, pero esto es como las carreras o maratones que hay una cada semana, ¿Usted se inscribe sin haberse jamás preparado? ¿Usted va a todas? ¿Usted, sí o sí, las termina? Claro que no, los que practican ese deporte o tienen ese hobbie escogen a cuál ir, según diversos factores. Y ese es el punto, la capacidad de decisión, la puesta en funcionamiento del libre albedrío, que me lleva a saber qué puedo o qué no puedo hacer.
A la familia de la joven, le deseo todo el sosiego y la fortaleza que su corazón necesite. En definitiva, una pérdida es insuperable. A los comercios y comerciantes les pido: sean más sensatos con sus fabulosas y creativas propuestas. Estamos claros en que, como sociedad, no estamos haciendo la tarea completa y no les queda nada bien sacarle partido al momento. Y a las autoridades les sugiero: no sobra una ronda de incógnito por los lugares. Sé que son muchos y que el presupuesto de ninguna cartera está para gastárselo en rumba, pero, si se planea y se mide, creo que situaciones desafortunadas como ésta pueden evitarse, esa también es su labor.

