Frentes de seguridad en los barrios, una opción para combatir el crimen en Bogotá.

Escrito por el 12 abril, 2021

Luego de una serie de hechos violentos el mes pasado, la alcaldía anunció que, además de otras estrategias para combatir el crimen en la ciudad, potenciará los frentes de seguridad locales que se han venido implementando desde finales de los 90 en la ciudad.

 

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Tal es la apuesta del Distrito con esta estrategia que la propia alcaldesa Claudia López ha hecho recorridos por los barrios, donde, con megáfono en mano, ha invitado a los ciudadanos a conformar o unirse a un frente de seguridad.

¿Cómo trabajan los frentes? ¿Qué retos enfrenta la alcaldía con esta estrategia? Esto dicen la Secretaría de Seguridad, los expertos y la ciudadanía que los conforma.

¿Por qué reactivar los frentes ahora?

Según datos de la Secretaría de Seguridad, en Bogotá hay 1.320 frentes, de los cuales 152 se crearon durante el 2020 y 22, durante este año. El Distrito tiene previsto que durante el 2021 sean 1.000 los que se creen.

Andrés Nieto, subsecretario de Seguridad, explica que los frentes permiten tener contacto directo con la Policía y que la comunidad pueda reportar en tiempo real los hechos delictivos que ocurren en el barrio.

“Esto quiere decir que, a diferencia de otros ciudadanos, los frentes podrán tener contacto con las personas que pueden despachar una unidad de policía en tiempo real”, comenta.

No obstante, dado el déficit de uniformados de la Policía que tiene Bogotá, y para que los reportes en tiempo real sean eficientes, es necesario cualificar las labores de los uniformados.

Nieto explica que de cada diez reportes que entran a la línea 123 o a los números de los Comandos de Atención Inmediata (CAI), siete no corresponden a situaciones de delincuencia o criminalidad. “Con los frentes trabajamos para que cuando se comuniquen con la Policía realmente el tema sea de seguridad”, dice.

Participación

Jimmy Gutiérrez vive en el barrio Mandalay de la localidad de Kennedy. Lleva más de ocho años involucrado en los frentes de seguridad y lidera el de su barrio, que reúne a más de 60 vecinos.

“Un aspecto que me motivó a conformar el frente es el de la inseguridad que nos afecta a todos y otro es dejar la indiferencia por lo que pasa en el entorno donde uno vive”, cuenta.

Agrega que empezó a hacer reuniones con la comunidad y la Policía en espacios que consideraban inseguros. Sin embargo, en medio de ese diálogo empezó a encontrar obstáculos porque las personas rechazaban el actuar de los policías y los uniformados defendían su labor.

“Policía y comunidad, cada uno por sus lado porque no había ninguna afinidad y no se veía un apoyo reflejado”, dice.

Para que el frente de seguridad no quede solo en un papel, dice que debe haber comprensión entre ambas partes, donde la comunidad entienda las capacidades y funciones de la Policía y la institución mejore en temas de prevención del delito.

Pero, para él, lo más importante es el conocimiento entre los vecinos que conviven en el barrio: “Algunos invierten mucho poniendo cámaras o alarmas, pero la comunidad no invierte tiempo en conocerse a sí misma”, comenta.

Nieto explica que desde la Secretaría de Seguridad han identificado que no todos los ciudadanos tienen el tiempo de crear formalmente un frente de seguridad ante la Policía y participar constantemente en las reuniones.

Por esto, la secretaría adelanta trabajos bajo el programa Red Ciudadanas, en el que las personas interesadas en participar en temas de seguridad reciben capacitaciones sobre prevención del delito y trabajo en resolución de conflictos de manera autónoma por la comunidad.

¿Qué tan viables son?

César Restrepo, analista de seguridad de ProBogotá, considera que esta estrategia funcionaría si se genera confianza suficiente entre la Policía y la comunidad y si se garantizan recursos para que los frentes puedan tener las herramientas necesarias para comunicarse con la comunidad.

“En unos encuentros que tuve con personas que trabajaban en frentes, estas decían que los equipamientos para conformarlos los pone la ciudadanía”, explica.

Con equipamientos se refiere a herramientas de comunicación o cámaras de seguridad. Menciona que esto es un problema porque hay comunidades que no tienen los recursos suficientes para comprar este tipo de dispositivos. “Se debe garantizar que cada grupo pueda comunicarse con la Policía, más allá de si tiene recursos o no”, dice.

Por su parte, Alberto Sánchez, experto en seguridad, considera que los frentes deben estar acompañados de labores de intervención en puntos críticos de la ciudad que permitan desarticular a bandas delictivas de alto perfil.

“Hay unos sitios donde el problema de seguridad es mucho más complicado con una afectación alta de violencia armada. No es necesario un frente primero, lo esencial es garantizar la persecución de las personas que están cometiendo esos delitos”, explica.

También comenta que se deben manejar las expectativas con la comunidad porque si no hay respuesta rápida de la Policía, podría ser un factor que desmotive a la ciudadanía para participar en los frentes.

“Si no se diseñan bien las expectativas, se podría descarrilar el servicio de policía porque se le imponen cosas que no puede hacer”, comenta.

NOTICIA DE: www.eltiempo.com

 

 


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