El pueblo que olvida su historia…
Escrito por R V AM el 10 mayo, 2024
Por: Adriana Bermúdez Arango
Definitivamente, «Dios obra de maneras misteriosas» y, preciso ahora que se dice que el exalcalde Jorge Iván Ospina piensa lanzar su candidatura de nuevo para el Congreso, su nombre revive en los entes de control.
Primero fue la Procuraduría la que ordenó la apertura de 16 procesos en contra de Ospina, once (11) disciplinarios y cinco (5) preventivos, debido a las situaciones encontradas en Emcali, Corfecali y Metrocali. Ahora, es la Contraloría la que puso el ojo a los contratos que se firmaron en el año 2020 bajo su Administración, tanto en la Alcaldía como en las entidades descentralizadas. En esta oportunidad, la búsqueda está enfocada en asegurar la transparencia y la correcta administración de los recursos públicos.
Esto quiere decir que, al fin, los entes de control comenzaron a sospechar de los contratos que se firmaron por parte de la Alcaldía de Ospina, al encontrar en ellos falta de seguimiento adecuado a las ejecuciones, ausencia de documentación que certifique que los contratos cumplieron con las condiciones técnicas requeridas, inacciones que pudieron derivar en un detrimento patrimonial, solo por nombrar los problemas más significativos.
Lo que suena curioso de esto, es que la Contraloría busca «corregir y prevenir irregularidades en la gestión contractual y administrativa, enfocándose en garantizar la eficiencia y efectividad de los servicios públicos en la ciudad». ¿Será que, cuatro (4) años después de firmado un contrato, se puede “prevenir” algo en él? Viendo lo que hemos visto, mucho de esto manifestado en el «Libro Blanco» que presentó Alejandro Éder hace apenas unas semanas, ¿creemos que hay algo del daño hecho, que se pueda revertir? Si, con el “Libro Blanco”, nos quedó claro que hubo contratos de la anterior Administración que se pagaron, se les hizo «otro sí» ¡y nunca se comenzaron!
Es claro y no es secreto para nadie, que los políticos, en su mayoría, no escogen ese camino por su infinito interés en servir, por la empatía absoluta que sienten por el pueblo, quien necesita gobernantes que conozcan a los ciudadanos y sus necesidades. Ya hemos probado en todas las toldas políticas y en todos los rincones de Colombia, que la gran mayoría de políticos en nuestro país, llegan al servicio público a ver cómo le sacan provecho y ventaja para llenarse los bolsillos. Y muchos de ellos, si no todos los que lo hacen, lo logran.
Y dejo claro que no digo esto como una «verdad revelada», porque sabemos que no acabo de descubrirlo, es una realidad con la que vivimos y que, de alguna manera si queremos progresar como ciudad, región y/o país, tenemos que acabar. Lo digo para que usted, si anda desprevenido por ahí y, de pronto, en las próximas elecciones le presentan la opción de votar por Jorge Iván Ospina, por uno «de sus afectos» o que haya sido recomendado por él, recuerde siempre qué tipo de político ha sido, teniendo presente que su desidia e interés electoral, lo llevaron a dejar solos a los caleños en el famoso y mal llamado «estallido social «, dándole la oportunidad a tanto desadaptado pago, de ocasionar daños, no solo materiales, también emocionales, porque la inacción ocasionó miedo e incertidumbre, eso sin mencionar los daños que ocasionaron en el MIO, dejando a la ciudad sin medio de transporte público, lo que aún hoy, no logra recuperarse.
Recordar esto es importante porque, dentro de las cositas que se deben revisar, seguramente están las pólizas que debían tener las estaciones y los vehículos del MIO, afectados durante las manifestaciones y que, por carecer de éstas, no han podido reactivarse, perjudicando principalmente a los trabajadores. Sin embargo, ‘el salvador Ospina’ resolvió el tema permitiendo que volvieran a circular los buses del anterior tipo de servicio público. ¡Qué conveniente! Así, nadie se daba cuenta de que no se pagaron las pólizas. Y éste es sólo un caso de los que debemos tener en la mira.
En todo caso, recuerde estar atento a cómo avanzan las investigaciones. Pídales, a la Procuraduría y a la Contraloría, resultados reales sobre sus investigaciones ANTES de las próximas elecciones, porque no podemos permitir que todo sea sólo aspaviento y que lleguemos a las urnas desinformados, sin saber qué tanto fue el daño real causado. Y, ante todo, abra sus ojos y oídos, escuche lo que se dice en la calle, lo que cuenta la gente que está alrededor de estos personajes, porque lo más importante de todo es conocer la realidad que nos rodea para proceder a dar un voto informado. Y recuerde siempre «Pueblo que olvida su historia, está condenado a REPETIRLA».