Derechos sin deberes

Por: Adriana Bermúdez Arango

Mientras la ciudad se prepara desde todos los frentes para la COP16, la Minga Social Popular Comunitaria se reunió en Cali y llegó a instalarse en el parque que se encuentra en la avenida 5AN con calle 20N. Este lugar fue escogido porque frente a éste, se ubican las oficinas del Dagma y de la Secretaría de Vivienda Social y Hábitat. El motivo de esta toma es exigir que les sean entregados unos terrenos rurales y urbanos que el Gobierno Nacional les prometió. Los manifestantes dicen que, hasta hoy, no les han cumplido.

El problema es que esta toma se está convirtiendo en algo más que “inconveniente” para la comunidad. Esta visita ha ocasionado que el hotel de la zona haya tenido que trasladar a sus ocupantes, lo que ocasiona pérdidas económicas; que los empleados de las entidades que se encuentran en el edificio de la Secretaría de Vivienda y del Dagma no hayan podido ingresar a laborar, retrasando los procesos que benefician y requiere la ciudad; que los usuarios de la EPS que tiene su centro de autorizaciones frente a este parque, vean retrasados sus procesos de salud porque la oficina no puede abrir, temerosa por el ambiente hostil que estas personas generan para usuarios y colaboradores.

Y, para cerrar con broche de oro, la toma se realiza en la zona donde se encuentra la Clínica de Occidente, una de las más grandes en el norte de la ciudad y que tiene todo su engranaje alrededor de este parque. Desde el ingreso a urgencias es una dificultad porque, para hacer la situación más compleja, si usted necesita acceder a la zona, sea a cualquiera de los lugares que mencioné o a su casa, porque este también es un sector residencial, ocupado por adulto mayor en su mayoría, deben pedirle permiso a la minga, porque sin su autorización no es posible acceder. ¿Absurdo? Sí, lo es.

Y para hacerlo más grave, estas personas llevan tres días con sus megáfonos haciendo ruido permanente durante todo el día y parte de la noche en medio de una zona residencial y hospitalaria; además de que carecen de saneamiento básico, por lo que deben realizar sus necesidades fisiológicas en los alrededores, ocasionando problemas de salubridad en el sector. ¿Se alcanza a imaginar el olor, los moscos, todo lo insalubre que se pone el ambiente, cuando el sol alcanza su mayor temperatura? Bueno, eso que usted acaba de suponer, es la realidad que están viviendo los habitantes del barrio Versalles, hoy.

Los manifestantes salieron en RTVC diciendo que no los habían atendido, lo que no es cierto, porque varios funcionarios de la Alcaldía de Cali se reunieron en la noche del miércoles con ellos, pero no llegaron a acuerdos, por eso las mesas de conciliación continuaban en el día y la noche del jueves. Lo que sucede es que el alcalde está abierto al diálogo, pero no a la presión, no a permitir que por la fuerza se logren cosas. Tengamos muy presente que, si permitimos hoy esta toma y las autoridades ceden ante las exigencias, mañana será otra organización o grupo el que repita la maniobra, porque se convertirá en una estrategia exitosa.

Como caleños, debemos rodear a la autoridad y exigirle que nos ayude a conservar la libertad y el orden que tenemos como ciudadanos y como Distrito, al tiempo que exigimos al Gobierno Nacional que cumpla las promesas que le hizo a la Minga, porque no es justo que nos veamos afectados por las incapacidades de otros, no es justo que algunos tengan derechos sin deberes. Confiemos en que muy pronto, terminará esta toma que, de pacífica, como han querido hacerla ver, no tiene nada.