Demasiado riesgo
Written by R V AM on 15 noviembre, 2024
Por: Adriana Bermúdez Arango
Ayer, Colombia amaneció con una noticia que podía llegar a ser para muchos, la más esperada por la derecha: la periodista Vicky Dávila será candidata a la presidencia de Colombia. Y aunque a todas luces considero que es hora de darle la oportunidad a una mujer para que rija los designios de este país, debo confesar que la directora de Semana no era mi mayor opción.
Lo primero que debo aclarar es que, si Vicky Dávila se convierte en la opción más fuerte para que la derecha regrese al poder, lo más seguro es que terminaré votando por ella. Tengo claro que la izquierda no merece continuar siendo Gobierno, básicamente porque no solo demostraron ser incapaces para el manejo del Estado, lo más grave de todo es que usaron su llegada al poder para convertirse en lo peor de la política. Y aún no he mencionado que su modelo económico es un absoluto desastre, como se evidencia a través de Ecopetrol y de las ejecuciones de obras.
Lo que lamento de esta candidatura es que no hayamos sido capaces de darle la oportunidad a mujeres que tienen mayor experiencia en el manejo del país, como es el caso de las senadoras Paloma Valencia y María Fernanda Cabal, quienes llevan años dando la pelea a través del control político desde el corazón mismo del Estado. Poner en el foco de la política a personajes como la directora de un medio de comunicación, deja en evidencia que la política se convirtió en algo mediático, no en un premio por resultados.
Si soy honesta, considero que Dávila corre un riesgo demasiado grande al tomar esta decisión. Riesgo corren ella y su carrera, porque donde este intento no salga bien, los medios y hasta los consumidores de éstos, le pasarán factura argumentando que usó su posición mediática para lograr un objetivo político que, de otra manera, no habría obtenido. Y quién sabe si le toque regresar a los canales digitales sostenidos por Vaki, porque recordemos que ante el fracaso, los amigos terminan brillando por su ausencia, sobre todo si se cae la popularidad, porque para nadie es un secreto que llegar a las fauces de la política, termina dejando más damnificados que victoriosos… no es fácil llegar al centro de un mundo del que no se conoce su manejo, sus entretelas.
También creo que pierde Vicky, la periodista y pierde el periodismo colombiano porque, independiente de que a uno le guste o no la labor que ella desempeña, nadie puede negar que ha sido importante para destapar toda la corrupción que el Gobierno Petro, con su promesa fallida de cambio, trajo a colación. La mitad de los colombianos, inconformes con la elección que hizo la otra mitad, perderá una voz que se ha mantenido fuerte, a pesar de haber sido cuestionada y hasta ultrajada por el propio presidente. Sólo hay que escucharlo en sus discursos hablar de “la señora periodista” para notar el desdén y la molestia que ella le causa. Porque es claro que poder callarla legalmente ha sido imposible, por eso tiene que recurrir a la intimidación.
Lamento este experimento de Dávila, pero espero que salga de la mejor manera posible. Colombia es un país que no puede seguir bajo las órdenes de la improvisación, de la mano de la inventiva y creatividad económica, mientras día a día se desmorona. Si ella es la opción a escoger, debemos hacerlo estando seguros de su capacidad para rodearse del mejor equipo, de personas idóneas desde lo ético, desde lo moral y desde lo técnico, porque en 21 meses, nuestro país necesitará un equipo de profesionales insuperable, que sea capaz de prestarle de entrada y durante un largo tiempo, los primeros auxilios. Sólo así seremos realmente, “el país de la belleza”.