Así paga el diablo…
Escrito por R V AM el 18 mayo, 2025
Por: Adriana Bermúdez Arango
Una vez más, el presidente Gustavo Petro es el mejor ejemplo de la popular frase “así paga el diablo a quien bien le sirve”, porque la actitud que asumió en Tibú, frente a Gustavo Bolívar, deja mucho en qué pensar.
Aunque debo confesar que también me deja la inquietud, sino será una estrategia para ayudarlo en sus aspiraciones políticas… Puede ser que estén pensando que el problema es la forma en que los ciudadanos ven a Gustavo Petro hoy, pero no el proyecto político en sí, por eso quieren a Bolívar dentro del Pacto, pero alejado de la cabeza, para que parezca que él lleva las banderas del progresismo y no directamente del Gobierno Petro, caracterizado, hasta ahora, por ser aún peor que todos los gobiernos de derecha juntos.
De todas formas, sea cual sea la estrategia, si la hay, lo que hizo el presidente Petro al romper el protocolo e impedir que Bolívar, como director del Departamento de Prosperidad Social que era en aquel momento, porque él mismo no le había aceptado la renuncia presentada el 29 de abril, fue inapropiado. Más, al tratarlo de falso, cuando Bolívar ha sido uno de sus más fieles escuderos y de los que menos escándalos ha traído al Gobierno, lo que no hace justo el comportamiento del presidente.
Y no es que quiera defender a Bolívar, porque nunca olvidaré su comportamiento en el mal llamado “estallido social” que tanto daño hizo al país, promoviendo a la Primera Línea en el caos que armó. Pero ese no es motivo para desconocer que el trato que le dio el presidente Petro delante de Tibú y, a través de los medios, delante de todo el país, fue grosero y desconsiderado. Y, si así trata a sus fieles amigos, ¿qué pueden esperar sus enemigos?
No deja de ser extraña esa actitud del presidente Petro ante Bolívar, cuando sigue pegado de Benedetti, a quien ha tenido que pasar de cargo en cargo porque, a donde va, da problemas y cuya cercanía deteriora aún más, su ya deteriorada imagen, lo que parece importarle mucho menos. En cambio, Bolívar, ha ocupado diversos cargos y, dentro de lo que se puede en este Gobierno, ha dado algunos resultados en todos ellos. Seguro es que, en ‘conocimiento’, es menor el de Bolívar que el de Benedetti y que hasta el de la propia Laura.
Esperemos el desenlace de la novela del escritor y guionista. Ya se fue Bolívar con su amor por el presidente para su propia campaña. Aunque prometió no hablar mal del Gobierno, porque ya le había dicho todo al presidente, esperemos que la distancia le dé otra óptica y lo haga abrir los ojos, para que pueda ofrecerles a sus seguidores un verdadero proyecto político con ideología, no sólo con intereses económicos o personales que terminan llevando todo y a todos, por un pésimo camino.