Se las lleva el viento

Escrito por el 30 junio, 2023

Por: Adriana Bermúdez Arango

Es triste decirlo, pero Cali nunca se había sentido tan abandonada, tan derruida. Las calles parecen coladores, los andenes trochas, la seguridad es casi inexistente, la movilidad es un desastre gracias a que muchos de los semáforos no sirven y, los semáforos peatonales son casi inexistentes.

Pero el desastre no para allí. Ahora, para continuar con la debacle, Corfecali, una de las instituciones insignes de Cali y responsable de la famosa Feria de Cali, está en crisis, por no decir EN QUIEBRA. Hoy, se espera que Argemiro Cortés, director de la entidad y quien la recibió en rines, se presente ante el Concejo Municipal, rinda cuentas y explique por qué hay un déficit de $8 mil millones, además de qué ocurre con los pagos de los artistas locales de versiones anteriores de la Feria de Cali, quienes aducen que aún les deben.

La verdad es que la gestión de esta Alcaldía frente a Corfecali ha sido bastante deficiente, por no decir cómplice. Recordemos que su anterior gerente, Álex Zuluaga, para la Feria Virtual de 2020, contrató un video de un artista internacional por U$50.000. Lo grave fue que después, se descubrió que este video ya estaba en Youtube y era de acceso público, lo que significa que no hubiese sido necesario pagar para poder verlo. Sin embargo, la Procuraduría y Contraloría revisaron los contratos y no establecieron si este caso se presentó como un error en la negociación o si la entidad fue abusada en su buena fe. Además, la feria virtual tuvo el mismo costo que una presencial ($12.600 millones), aunque la mayoría de conciertos se realizaron sin público en los estudios de Telepacífico y, se establecieron sobrecostos en las carrozas. Lo triste es que Zuluaga, líder de este despropósito, dejó el cargo por una polémica fiesta en plena pandemia, donde se le vio sin uso de tapabocas ni distanciamiento social, pero por su gestión, ningún ente de control fue capaz de tomar medidas.

Y aunque es cierto que la inesperada y desconocida pandemia nos llevó al “ensayo y error” con una ferial virtual que no sabíamos cómo hacer ni cuáles serían sus resultados, no es responsable que nuestros ilustres concejales hayan esperado tres años y a que Corfecali pasara de un superávit de $6000 millones a un déficit de $8000 millones, para manifestarse. ¡Cómo se nota que estamos en temporada preelectoral y que las penas de la ciudad se convierten en caldo de cultivo para las promesas que no fueron capaces de cumplir en su cargo actual! Porque, debemos ser sensatos, ¿qué hicieron los concejales cuando se sospechó de los sobrecostos de la feria 2020? ¿Qué acciones tomaron frente a los hallazgos de la Contraloría? ¿Por qué esperar a estar a seis meses de la próxima feria para hacerse cargo del tema?

La acción del Concejo de Cali ha sido pobre y conveniente. Los concejales han estado a favor de las acciones del alcalde y no han ejercido la veeduría con la vehemencia que Cali requiere. Si hubiesen estado a favor de la ciudad, habrían detectado a tiempo los errores de Corfecali y habrían ayudado a encontrar formas para recuperar los recursos perdidos. Ahora, son estos mismos concejales, presos durante años por la inacción, los que “abren los ojos”, solamente porque aspiran a otros cargos públicos y quieren mostrarse como los “adalides de la moral”, los vigilantes de los recursos públicos, cuando la verdad es que faltaron a su principal objetivo: ejercer control político de la administración municipal.

Como lo he dicho en otras oportunidades, investigue bien por quién va a votar en octubre, conozca qué ha hecho, de dónde viene (si no ha ejercido función o cargo público), cuál es su temple. Sólo así puede acercarse al hecho de suponer si va a cumplir o no, con lo que promete. Y recuerde: las promesas se las lleva el viento.


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