No es cambiar la narrativa, es cambiar la realidad
Escrito por R V AM el 19 abril, 2024
Por: Adriana Bermúdez Arango
Los días no se han puesto fáciles para el alcalde de Cali, Alejandro Éder. Después de haber superado la exposición pública de uno de sus asesores, quien fue acusado por acoso sexual y tuvo que renunciar; de haber sido criticado por encontrar «la olla raspada» y aun así, contratar asesores a diestra y siniestra por 15 millones de pesos cada uno, con funciones que pocos conoce y ninguno entiende, llegan, para cerrar la semana, la investigación de la Procuraduría y la última encuesta Invamer. La primera por un contrato que firmó a dedo la Alcaldía con el canal Teveandina, ubicado en la capital del país y la segunda, para evidenciar la reducción en la popularidad del alcalde Éder, seguramente por los pocos resultados de su Administración.
Y es que no podemos culpar a los caleños quienes, hartos de los chanchullos y maturrangas de Ospina con el dinero del erario, decidieron votar por quien les prometió no ser el continuismo y revivir a Cali. El problema es que han pasado más de cien días y aunque hay pequeños logros en aspectos como la inversión extranjera, apalancada por ser Cali la sede de la COP19 o en infraestructura, al asumir con mayor celeridad la reparación de las vías, los ciudadanos siguen esperando contundencia en el desarrollo de los programas comunitarios y sociales, en la contratación del Distrito, que sigue pareciendo inapropiada a la luz de las necesidades reales de la ciudad y, sobre todo, en la seguridad, bastante golpeada por los migrantes y el desempeño de la policía entidad que se encuentra disminuida no solo en pie de fuerza, también en las posibilidades y capacidades que se le adjudican desde el Gobierno Nacional.
Ahora, el alcalde, a través de los medios de comunicación, le pide a la ciudadanía y a los periodistas, que no repliquen las malas noticias, que no difundan la información de aquellos que atentan contra la vida y honra de los caleños. ¿Será que el alcalde, de verdad, cree que porque no se difundan los videos de los actos delictivos, va a disminuir el delito? ¿O será que cree que, manteniendo la venda en los ojos, evitará que la comunidad evidencie lo que ocurre a su alrededor y que, con su gestión, no ha podido mejorar?
Honestamente, una idea bastante ingenua la del alcalde. Me recordó a cierto presidente que dijo, palabras más palabras menos, que ““si logramos que una serie de actividades de la sociedad colombiana, que hoy se consideran crimen, no se consideren crimen más adelante, pues habrá por definición menos crimen en Colombia”. No alcalde, necesitamos contundencia con los delincuentes. Ese discurso tibio no fue lo que prometió en campaña. Es cierto que usted es un hombre conciliador, de diálogo, de buscar caminos que permitan sanar antes de buscar sanciones, pero no puede dejar la seguridad de los caleños en manos de la narrativa, de usted esperamos que pueda cambiar la realidad.
Si no vemos los videos de quienes delinquen en otras zonas de la ciudad, con la debilidad que tenemos en la justicia y con el hacinamiento en las cárceles y estaciones de policía, no estaremos atentos a denunciar la presencia de éstos cuando busquen nuevos espacios para cometer sus fechorías. Para contarnos las cosas bonitas y maravillosas que hace su administración, cuenta con un equipo de comunicaciones en el CAM, en Emcali y en la mayoría de las dependencias. Usted tiene profesionales capacitados para decirnos cómo va su programa de Gobierno, qué ha cumplido, qué ha logrado. Denos a los caleños la oportunidad de compartir aquellas cosas que nos angustian y nos aquejan, de ser esos reporteros de las cosas cotidianas que nos afectan y que, a la vez, nos permiten participar en la estrategia de prevención, porque nada más eficiente que un vecino que llama a tiempo a la policía y evita el delito. Señor alcalde, no coarte nuestra libertad, esa que le permitió llegar a dirigir la Sucursal del Cielo. Continúe con su labor de revivir a Cali y recuerde que, como se transmite la malo, también se replica lo bueno, así que continuamos atentos a sus resultados.