Cambio de enfoque

Escrito por el 3 noviembre, 2023

Por: Adriana Bermúdez Arango

A solo cuatro días de las elecciones regionales, cuyos resultados dejaron claras las expectativas y esperanzas de los caleños, las ideas de izquierda que rigen al alcalde Jorge Iván Ospina, salen a flote en X (antes Twitter) y evidencian lo desconectado que está el burgomaestre de los habitantes de la ciudad que dirige y, por ende, de la ciudad misma.

La idea planteada por el alcalde de Cali, a solo días de que la mayoría del país dijera “No” con su voto a las propuestas y a la guía del petrismo, consiste en argumentar que “Se puede ganar temporalmente el Gbno pero el “Establecimiento” es otra cosa, está tan instalado en la protección de sus intereses que es perverso en su actuar, utiliza medios, gremios, normas, empresas, corporaciones y mil maneras más para mantener su estatus pero (hilo)” y sigue “Pero lo grave de esto es que no interpreta las necesidades de cambio  y evolución de una sociedad y se convierte en obstáculo (Después se preguntan porqué el estallido social). Me pregunto ¿Alguien considera que no debe haber una reforma a la salud? ¿O las pensiones? ¿O Agraria?” y aunque el trino sigue, vale la pena detenernos un segundo para analizar el escrito del alcalde, quien, parece, no ha entendido que no es el “Establecimiento” en su actuar perverso, como la plantea el alcalde, el que le está hablando al oído al gobierno Petro y demostrándole su inconformidad, son los ciudadanos quienes con su voto, salieron a decir “No” a estas ideas que, sin haber sido implementadas o puestas en firme, ya dejan damnificados, como algunos usuarios de las EPS, quienes han visto cómo desmejora su atención en salud, gracias a que el gobierno no les hace los pagos a los que está comprometido para su buen funcionamiento.

El alcalde Ospina se equivoca, al creer que hay una fuerza política detrás de esta inconformidad. Lo que hay es un pueblo queriendo decirle a un gobierno, que las ideas que quiere implementar no son las esperadas y que el objetivo de respaldarlo con su voto, era que pudiera ofrecer a los colombianos un bienestar mucho mayor al que ya se tenía. Sin embargo y como era de esperarse, el gobierno nacional seguirá los pasos del gobierno local, del caleño, porque el libreto de la izquierda es el mismo siempre y está enfocado en quejarse de todo lo que hay, mientras es incapaz de mejorarlo. Lo más grave es que destina los recursos de los ciudadanos en obras o proyectos que no son de primera necesidad, mientras que deja de realizar los que sí lo son.

Eso sucedió en Cali. La ciudad tiene una deficiencia en su malla vial que se agravó durante esta Administración y la idea del alcalde de izquierda que tenemos fue invertir en 5 nuevos parques a los que llamó “5 parques para la vida”, cuya intervención ha ocasionado problemas con la comunidad, debido a que, para construirlos y construir sus vías de acceso, fue necesario generar un daño ambiental. Mientras tanto, las calles siguen llenas de huecos y los ciudadanos continúan viendo afectados sus vehículos; los habitantes de calle continúan sin una atención integral que les permita, en muchos casos, rehabilitarse y reintegrarse a la sociedad; el MIO, que también recibe recursos de las arcas de la ciudad, sigue sin poder lograr una frecuencia que retorne al estándar de servicio que se tenía antes del mal llamado “Estallido social” o toma guerrillera.

Agradezcamos que este alcalde va de salida, que entrega su cargo el 31 de diciembre, porque es difícil para la ciudad tener un ‘capitán’ que no escucha a su tripulación o que, si la escucha, prefiere ignorarla, simplemente porque no comparte sus ideas.

Al elegir a Alejandro Éder, es claro que Cali quiere que cese “la horrible noche”, que llegue un alcalde que sea capaz de entender las necesidades actuales que tienen la ciudad y sus habitantes, pero, sobre todo, que sea capaz de hacer cumplir la ley, que tenga la entereza para reconocer que lo que él quiere, no es siempre lo que la ciudad necesita y que su deber es ese, hacer por Cali lo que ella necesita, no lo que él quiere.

Es hora de que Cali tenga un alcalde que piense más en el desarrollo de la ciudad, que en la cantidad de cemento que dejará implementado para la posteridad, queremos una persona que nos lidere desde la integridad y el respeto, con educación, pensando en cómo hará de la ciudad un lugar mejor y no un alcalde que, a toda costa, quiera construir edificios para tener qué mostrar. Necesitamos un alcalde que quiera edificar y desarrollar una propuesta de reconstrucción de ciudad, de sus valores, de sus dimensiones, para que Cali pueda volver a ser la ciudad cívica que fue en otrora y que tanto extrañamos todos.


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